El exdirector general de Bancaja y antiguo presidente del Banco de Valencia (BdV) Aurelio Izquierdo y el exconsejero delegado de esta entidad Domingo Parra obtuvieron unos beneficios de 11,3 millones de euros «gracias a sus relaciones con clientes de Banco de Valencia» y ocultaron a esta entidad su participación en empresas a las que financiaba. Así lo concluyen los inspectores del Banco de España Luis Rubio y Juan Antonio Casado en un informe pericial presentado ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz en el marco de una de las piezas separadas en las que se investigan las operaciones de financiación llevadas a cabo por Banco de Valencia.

En concreto, el informe revela que Parra e Izquierdo participaban, a través de una sociedad interpuesta de la que formaban parte sus respectivas esposas, en el accionariado de Capital Residencial, de la que también formaban parte los empresarios Vicente Llácer y Vicente Giner, además de los hermanos Calabuig Gimeno, propietarios de Aguas de Valencia. Esta sociedad recibió cuantiosos créditos del banco, muchos de los cuales resultaron impagados.