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Caso Volkswagen

Llamadas y frustración en los concesionarios alicantinos

El escándalo de la manipulación de motores en Volkswagen empieza a reducir la afluencia de clientes

Llamadas y frustración en los concesionarios

La situación que se vive estos días en los concesionarios del grupo Volkswagen de la provincia no es nada cómoda. Aunque nadie quiere hablar oficialmente porque desde la compañía alemana se ha dado la orden de evitar cualquier comentario público, en privado algunos de los responsables de estos establecimientos reconocen que el escándalo de los motores trucados ya ha empezado a afectar a la afluencia de posibles compradores y que el bombardeo de llamadas de clientes preocupados por sus automóviles es constante.

«Estamos en primera línea y somos los que tenemos que dar la cara cuando también nos sentimos engañados», asegura el gerente de uno de los concesionarios, que recuerda que hasta ahora «la fiabilidad» era la principal seña de identidad de la marca. Por eso, aunque la mayoría de los responsables de ventas trata de aparentar toda la normalidad del mundo, otros se preguntan cómo impactará el escándalo en las futuras ventas. Sobre todo porque se produce en un momento en que el sector empezaba a levantar cabeza, gracias al plan PIVE, tras el hundimiento del negocio que supuso el estallido de la crisis.

De momento, lo que se conoce como «tráfico de exposición» -la gente que acude por primera vez al local para informarse antes de la compra de un coche- ya ha descendido alrededor de un 25% en algunos de ellos, lo que no augura nada bueno. Otros niegan cualquier repercusión, empeñados en aparentar tranquilidad.

Lo que unos y otros reconocen sin excepción es la gran cantidad de llamadas que se está recibiendo estos días de clientes desconcertados, que no saben si se encuentran entre los posibles afectados. En el caso de los concesionarios localizados en zonas turísticas, una gran parte de las quejas y consultas proceden de residentes europeos «que conceden más valor a las cuestiones medioambientales y se muestran realmente indignados con este engaño», apuntan desde uno de estos locales.

En cualquier caso, insisten en que la marca ya ha dejado claro que se hará cargo de los ajustes que sean necesarios para que los motores vuelvan a cumplir la normativa «y que se comunicará a los clientes si están afectados o no». Además, también recalcan que en ningún caso el software que permite manipular las emisiones afecta a la seguridad de los vehículos.

No obstante, las organizaciones de consumidores ya han empezado a prepararse para presentar posibles demandas y, por ejemplo, la Unión de Consumidores de la Comunidad Valenciana ya ha colgado en su web un modelo para que los propietarios de coches con los motores trucados puedan reclamar en su concesionario. También bufetes como el alicantino Martínez-Blanco Abogados se han puesto manos a la obra y ya preparan una demanda colectiva.

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