La incertidumbre sobre la vulnerabilidad de las economías emergentes a un alza de los tipos de interés y a una desaceleración mayor de la esperada en China, junto al estancamiento del crecimiento del comercio mundial y el deterioro de las condiciones financieras han llevado a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento para la economía mundial en 2015 y 2016. En concreto, la OCDE ha recortado una décima su pronóstico de junio y ahora espera que el Producto Interior Bruto (PIB) mundial crezca un 3%, mientras que para 2016 espera cierto fortalecimiento de la actividad, aunque dos décimas por debajo de lo estimado anteriormente, hasta el 3,6%. Además, la institución con sede en París, en la última edición de su informe provisional de perspectivas económicas, advierte de que «el crecimiento del comercio mundial se ha estancado y las condiciones financieras se han deteriorado». En cualquier caso, la OCDE constata que la recuperación «está progresando» en las economías avanzadas, mientras las proyecciones han empeorado para muchas economías emergentes.