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Carmen Martínez Mora

«La inestabilidad en China no debería tener mucho impacto»

«Nuestro país está mucho mejor de lo que cree la opinión pública», afirma la experta

«La inestabilidad en China no debería tener mucho impacto» VÍCTOR MIRALLES

El panorama internacional ha cambiado de forma radical tras el verano, en buena parte por China. ¿Qué escenario se abre ahora?

El enorme crecimiento de China en los años previos estaba influyendo positivamente en la expansión económica de muchos países, en particular de España, cuya industria y también los servicios se han estado beneficiando de las ventajas derivadas de las deslocalizaciones que se han llevado a cabo en muchos sectores y las consiguientes ganancias de competitividad conseguidas con estos procesos. Los problemas actuales en el país asiático pueden desincentivar la continuidad de estos procesos o al menos la continuidad con la misma intensidad, y ello puede generar problemas de competitividad que habría que resolver por otras vías.

¿Y cómo se ha llegado a esa situación en el gigante asiático?

Se trata de una burbuja financiera derivada fundamentalmente de una falta de regulación. Y todo ello unido a otros problemas en el mercado laboral, o los precios energéticos y del transporte, por ejemplo, que han influido negativamente en las producciones extranjeras que tanto han impulsado en el pasado el crecimiento en China.

El BBVA Research y Funcas han revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para España, sobre todo por las dos consultas electorales que hay a la vista. Ahora bien, ¿qué papel puede acabar jugando esa inestabilidad internacional?

La inestabilidad internacional derivada de los ajustes en China, en mi opinión, no tiene por qué tener un impacto importante en España, ya que éste no es un mercado importante de destino de nuestras exportaciones. Podría afectar en cierta medida a nuestras producciones localizadas allí, pero este efecto se podría compensar con aumentos de fabricación nacional, que, por otro lado, es uno de los objetivos actuales de la política industrial en España y en Europa, y también en Estados Unidos. El objetivo es el fomento de una mayor reindustrialización.

Y, para una provincia como la de Alicante, ¿qué consecuencias puede tener esa situación?

En la provincia ya se está produciendo este proceso de relocalización de fabricaciones de calzado o juguete, previamente desplazadas a China, desde hace varios años. En China han subido los salarios, el coste del transporte encarece los precios, y las empresas se están encontrando con conflictos laborales, y eso explica este proceso de relocalización. Esto está siendo positivo para el empleo en la provincia y podría crecer con los nuevos acontecimientos, aunque hay que tener presente que, según declaran los mismos empresarios, los procesos de deslocalizaciones llevados a cabo en el sudeste asiático en el pasado es muy difícil que retornen totalmente. No es ni probable ni factible.

¿Por qué?

Porque la estructura productiva que tiene China ya se ha perdido, y eso dificulta poder fabricar grandes cantidades. Además, el coste de producción en China, pese a todo, sigue siendo más económico que en España. Por eso, lo que están haciendo las empresas es fabricar una parte en España, la de mejor calidad, y dejar la de calidad más baja allí. Hay que tener en cuenta, además, que, en los últimos años, se ha empezado a valorar mucho el «Made in Spain», y eso ha influido en esa relocalización, aunque sea con costes mayores.

¿Y la devaluación del yuan no puede acabar frenando los planes para volver a traer la producción aquí?

La devaluación del yuan repercute en las ventas que se hacen desde allí, pero no en las subidas salariales y en la conflictividad laboral. Al final, los problemas internos que tiene China no compensan esa devaluación.

Hablaba antes de que tanto Europa como Estados Unidos están apostando fuerte por la reindustrialización. ¿En qué punto se encuentra España?

España está mucho mejor de lo que cree la opinión pública. Sin ir más lejos, en esta provincia hay una estructura industrial importante en sectores como el calzado, el juguete o el textil, y, además, son empresas que están destinando importantes inversiones a innovación y al desarrollo de nuevos productos, y eso se nota en las exportaciones. Es verdad que el turismo es una fuente importante de ingresos, pero la industria va a más y tiene un futuro prometedor. Hay empresas que lo han pasado mal, pero ese proceso de deslocalización que hicieron en su día les ha ayudado a crecer.

¿Qué falta para que esa tendencia se mantenga?

Por un lado, es necesario que se incremente la productividad y, para ello, es necesario incidir en la cualificación de la mano de obra y hacer un esfuerzo por formar a los trabajadores. Por otro lado, es fundamental aumentar la inversión en innovación, y ahí es clave establecer líneas de apoyo, ya no sólo vía ayudas, sino facilitando el acceso a la financiación. Finalmente, otra de nuestras debilidades es el tamaño de las empresas, aunque eso es más complicado cambiarlo.

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