El Ibex 35 cerró la sesión de ayer con un recorte del 2,59%, lo que llevó al selectivo a quedarse a un paso de la cota psicológica de los 10.000 enteros (9.992,8), lastrado por las dudas sobre China y tras la apertura a la baja de Wall Street. De este modo, el Ibex vuelve a entrar en negativo en el año y ya retrocede un 2,79%. Mientras, en el mercado de deuda, la prima de riesgo se colocó en 135 puntos básicos, con la rentabilidad del bono a diez años en el 2,145%; y, en el mercado de divisas, el euro se intercambiaba a 1,1258 dólares.

Abengoa se consolidó como el «farolillo rojo» de la sesión con un retroceso del 5,41%, seguido de FCC (-4,76%), OHL (-4,65%), Acerinox (-4,63%) y Banco Popular (-4,08%). Tan solo Sacyr, que repuntó un 1,46%, hasta los 2,77 euros, después de anunciar la vuelta al dividendo, consiguió cerrar la sesión en positivo.

Los «blue chips» también se tiñeron de rojo y sufrieron pérdidas que oscilaron entre el 0,29% de Endesa y el 3,6% de Repsol. BBVA se dejó un 3,3%, Telefónica un 2,85%, Santander un 2,8%, Inditex un 2,5% e Iberdrola un 2%. En este contexto, el Ibex se mantuvo en línea con las principales plazas europeas, lastradas igualmente por los malos datos de China: Londres cedió un 2,86%, París un 2,42% y Francfort un 2,33%.

De hecho, el Ibex inició la jornada en negativo después de que las bolsas asiáticas cerraran a la baja y una vez conocido el dato del PMI de manufacturas del mes de agosto, que quedó en 49,7 puntos, la peor lectura en tres años. Tras una apertura de Wall Street marcada por los fuertes descensos, el selectivo español, que ya cedía un 2,5%, llegó a perder cerca de un 3%.