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Aprendices eternos

UGT denuncia que los jóvenes sufren precariedad y subempleo hasta edades avanzadas

Aprendices eternos

Que un joven de 18 años tenga un contrato de formación parece lo más normal del mundo. Pero que un adulto de 30 años se encuentre en esa misma situación ya no lo es tanto. La crisis económica y la última reforma laboral están provocando que los problemas de precariedad y de subempleo precariedad propios de los más jóvenes se estén extendiendo cada vez hasta edades más tardías, con el empobrecimiento y las dificultades que esto supone, por ejemplo, para la emancipación de los afectados. Así, lo pone de manifiesto un informe realizado por UGT y que señala que, sólo en el último año, la tasa de temporalidad de los trabajadores de entre 25 y 34 años se ha disparado más de seis puntos en la provincia.

En términos generales, el documento refleja que los jóvenes también se han visto beneficiados por la reactivación económica que empezó a percibirse en Alicante a mediados del año pasado, aunque con efectos limitados. Por ejemplo, la tasa de paro de los menores de 25 años se ha reducido 1,8 puntos pero esto no impide que aún sean más de la mitad, en concreto el 55%, los jóvenes de estas edades que no encuentran empleo.

Entre quienes tienen entre 25 y 34 años el nivel de paro es mucho menor, del 23%, pero en este caso lo que se detecta es que las condiciones laborales que consiguen son cada vez peores. El mejor indicativo es la denominada tasa de temporalidad, que mide el porcentaje de trabajadores con empleos precarios que existe en un determinado momento sobre el total de ocupados y no únicamente sobre las nuevas contrataciones. Sigue siendo menor que entre los más jóvenes -hasta el 66% de los menores de 25 años sólo cuenta con un trabajo temporal-, pero en apenas un año ha aumentado más de siete puntos, al pasar del 36,3% a un significativo 43,5%.

Las causas

¿Por qué se produce esta situación? Pues, básicamente, porque la inmensa mayoría -el 92,94%- de los nuevos puestos de trabajo que consiguen los profesionales de estas edades son temporales pero, también, porque muchos de ellos arrastran estas condiciones desde antes. Es decir, porque al contrario de lo que ocurría hasta hace unos años, cuando la mayoría de los trabajadores acababa consiguiendo que su empresa lo pusiera fijo pasado un tiempo, ahora los contratos temporales se encadenan indefinidamente o, simplemente, no se renuevan, lo que obliga a los afectados a un constante peregrinaje de un empleo a otro.

En definitiva, «que la temporalidad y la precarización se traslada a pasos agigantados a aquellos grupos de edad a los que, hasta ahora, afectaba en menor medida», señala la autora del informe, la responsable de Empleo de UGT en l'Alacantí y la Marina, Yaissel Sánchez.

Buen ejemplo de esta tendencia también es el auge que registra la utilización de los denominados contratos de formación y aprendizaje, que supuestamente combinan una parte de enseñanza teórica, con otra de empleo efectivo, que es la única que se remunera. El empresario, además, tiene descuentos en la cotización de la Seguridad Social. Sólo en los primeros seis meses de este año se han formalizado nada menos que 6.226 contrataciones de este tipo en la provincia, un 31,57% más que en el mismo periodo de 2014.

Pensados inicialmente para enseñar un oficio a los jóvenes que carecían de cualificación profesional, en la última reforma laboral se elevó de 25 a 30 años la edad máxima de las personas que podían acogerse a esta modalidad y los efectos no se han hecho esperar. Durante el primer semestre de este año hasta el 41,36% de los que consiguieron un empleo a través de esta figura legal superaban ya el cuarto de siglo y, de hecho, es el colectivo donde más crecen. De esta forma, teniendo en cuenta que la duración máxima de estos contratos es de tres años, ya no resulta raro encontrar aprendices de hasta 33 años, cuando lo lógico es que a esta edad un adulto tuviera su carrera encarrilada, según denuncia Sánchez.

«Minijobs»

Por si fuera poco, los jóvenes también sufren con mayor intensidad la moda de los «minijobs». Si entre la población general hasta el 42% de los nuevos contratos son a tiempo parcial, entre los menores de 30 años el porcentaje supera el 50%. Desde UGT reclaman un cambio en las políticas activas de empleo que ayude a buscar una salida «digna» a estos trabajadores.

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