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La guerra de los cajeros

El Sabadell, Bankia y la red Euro 6000 hacen frente común contra la decisión de los grandes del sector de cobrar dos euros por el uso de sus terminales

La guerra de los cajeros

Buenas noticias para los consumidores. El Sabadell, Bankia y las antiguas cajas de ahorros que forman parte de la red Euro 6000 -como BMN, Ibercaja o Kutxabank, entre otros- han decidido plantar cara a los tres grandes del sector y ultiman un acuerdo para garantizar que ninguna de ellas cobrará a los clientes del resto de entidades por utilizar sus cajeros automáticos. O, en otras palabras, que se desmarcan de la nueva comisión de dos euros que CaixaBank ha empezado a aplicar a los usuarios que sacan dinero de sus terminales sin tener cuenta en la entidad, y a la que el Santander y el BBVA ya han anunciado que se sumarán en los próximos meses.

La decisión resulta especialmente significativa en la provincia por la fuerte implantación que tienen en la zona las entidades implicadas en las negociaciones. No en vano, el Sabadell sigue acaparando casi una cuarta parte de todas las sucursales bancarias en Alicante, con cerca de 280 oficinas, según los últimos datos del Instituto Valenciano de Finanzas; y Bankia y BMN (la antigua Cajamurcia) también mantienen una presencia más que significativa, con 68 y 65 sucursales, respectivamente.

Si a ello se suma que Cajamar o la Caja Rural Central de Orihuela, que no forman parte del posible acuerdo, también han confirmado a este diario su rechazo a cobrar los dos euros, supone que al menos el 55% de los cajeros de la provincia permanecerán libres de la nueva comisión. Eso sí, sus usuarios tendrán que seguir abonando la tasa que ya aplicaba el emisor de su tarjeta por utilizarla en terminales ajenas, que puede oscilar desde los 0,60 euros hasta el 4% de la cantidad retirada, pero al menos no pagarán dos veces por el mismo servicio (los dos euros más la citada tasa de intercambio).

De hecho, el Banco de España ya ha dejado claro que no permitirá este doble cobro y ha instado al sector a llegar a un acuerdo. Un requerimiento al que la Caixa ya ha respondido, señalando que prefiere seguir con el cobro de dos euros a los usuarios y dejar de recibir los pagos de los emisores de las tarjetas.

Batalla comercial

Si el pacto encabezado por el Sabadell y Bankia sale adelante, supondrá un importante revés para los impulsores de la nueva comisión. CaixaBank, BBVA y Santander justifican su decisión por el importante gasto que supone el mantenimiento y la renovación de los cajeros, pero a nadie se le escapa que era una forma de sacar partido a su extensa red de oficinas para retener o captar clientes. Sobre todo si el sector en pleno se hubiera sumado a la iniciativa ya que, entonces, las entidades con más sucursales hubieran tenido un nuevo y poderoso argumento de ventas.

Sin embargo, en el resto de entidades no ha sentado nada bien la actitud de los tres grandes, que incluso califican de «prepotente», y han decidido darle la vuelta a la tortilla. Al unirse, garantizan a sus clientes el acceso a una red de cajeros mucho mayor que la que tienen por sí solos CaixaBank, el BBVA o el Santander, ya que, por ejemplo, en Alicante ninguna de estas entidades supera por separado el 15% de la red, aunque juntas sumen el 37,6% de las sucursales.

Esto, además, permite a las entidades que preparan el acuerdo mantener el control sobre su política comercial. Por ejemplo, muchas de ellas eximían a sus clientes del pago de comisiones por sacar dinero en cajeros de otros bancos como incentivo para que domiciliaran la nómina, aunque esto les supusiera tener que asumir internamente el pago de la tasa de intercambio fijada a la entidad propietaria del cajero.

Lo que no está claro es qué harán con los clientes de CaixaBank, el BBVA y el Santander que se acerquen hasta sus cajeros. En principio lo que se baraja es dar libertad a cada firmante del pacto para que les aplique, si lo desea, una comisión por usar sus terminales. Sea cual sea la decisión, lo que queda claro es que la nueva comisión ha dividido claramente el sector en dos y que será complicado que haya un acuerdo global para encontrar un sistema que satisfaga a todos los operadores.

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