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Menos alicantinos en la vendimia francesa

La campaña de este año sólo contará con 400 jornaleros de la provincia frente a los 600 de 2014

Menos alicantinos en la vendimia francesa

Es un trabajo duro, que requiere de un importante esfuerzo físico y muy lejos de casa. Pero en estos momentos son pocas las oportunidades que existen para sacar de 1.500 a 2.000 euros limpios en menos de un mes. Por eso la competencia por conseguir un contrato para la vendimia francesa se ha recrudecido y este año son bastantes menos los jornaleros alicantinos que han podido desplazarse hasta alguno de los departamentos vinícolas del país vecino para participar en la campaña que arrancó hace unos días. En total se han marchado unas 400 personas, según los datos de FITAG-UGT, un 33% menos de los 600 que lo hicieron el verano pasado, aunque es cierto que el de 2014 fue uno de los cupos más numerosos de las últimas temporadas.

En cualquier caso, son muchos los jornaleros alicantinos que se han quedado con las ganas ya que, a pesar de la mejora de la situación económica en la provincia, «el interés por marcharse a la vendimia no ha decaído ni un ápice», asegura el responsable del citado sindicato en l'Alacantí, Joaquín Gil. «Las plazas están muy cotizadas y hay gente que empieza a preguntar meses antes. Pero si no conoces a alguien, es muy difícil entrar. Las cuadrillas suelen repetir año tras año y es difícil que entre gente nueva», explica. Si el número de contratos disponibles es menor, la cosa se complica aún más, como ha ocurrido este año.

Al respecto, Gil explica que son varios los motivos que han reducido el cupo de plazas disponibles. Por un lado, la persistencia de una tasa de paro más alta de lo habitual en Francia -aunque todavía muy alejada de la española- ha provocado que muchos trabajadores locales vuelvan a ver el campo como una alternativa atractiva para sacarse un sueldo. Algo que ya sucedió en nuestro país. Pero, sobre todo, este año la competencia ha llegado de las cuadrillas que se desplazan en invierno a la zona a realizar la poda y que han exigido a muchos agricultores repetir durante la vendimia, lo que ha reducido las opciones de los que sólo viajan en verano.

En cuanto al principal atractivo de la vendimia, siguen siendo los sueldos. El salario mínimo de un cortador es de 9,61 euros la hora frente a los poco más de seis euros (6,05) que estipula el convenio del campo alicantino. Es decir, casi un 60% más. A esto hay que sumar que lo habitual es que se realicen horas extra -la jornada laboral francesa es de 35 horas semanales-, que se pagan entre un 25% y un 50% más caras.

Además, la legislación francesa contempla que los asalariados que trabajen más de 18 días puedan obtener subsidios familiares, que van desde los 129,35 euros, si se tienen dos hijos a cargo, hasta más de 500 euros para las familias numerosas.

Mejor con contrato

El negocio es tan sustancioso que en los últimos años han aparecido ETTs españolas que han empezado a realizar de intermediarios Sin embargo, desde FITAG-UGT advierten de que los jornaleros contratados mediante este sistema no generan derechos sociales en Francia, ya que están empleados por una compañía española. No obstante, lo que desaconsejan en cualquier caso es presentarse en el país vecino sin ningún tipo de contrato a probar suerte ya que lo más probable es que se vuelvan de vacío o, incluso, que sean víctimas de algún engaño.

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