El Plan de Garantía Juvenil, destinado a facilitar la inserción laboral de los menores de 25 años, no es el único que sufrió importantes retrasos o que, incluso, quedó olvidado en un cajón durante la última etapa del PP en el Gobierno valenciano. En una comunidad autónoma con casi 560.000 parados, de los que cerca de la mitad lleva ya más de dos años en esta situación, resulta muy llamativo el bajo grado de ejecución que los anteriores responsables dejaron en la mayoría de los programas que tiene el Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Servef) para ayudar a encontrar trabajo a los desocupados o mejorar sus conocimientos.
De acuerdo con los datos facilitados por el propio organismo autonómico, que ahora dirige la socialista María José Mira, hasta el pasado 30 de junio el Servef apenas había dispuesto de poco más de 38 millones de los más de 158 que tenía presupuestados para este año en políticas activas de empleo, el Capítulo IV de las cuentas del ente. Es decir, apenas un 24,21% del total cuando lo lógico es que ya se llevara la mitad o incluso algo más, teniendo en cuenta que en los meses de verano se ralentiza la actividad de la Administración.
Pero es que, en algunos casos, como el citado del Plan de Garantía Juvenil que ya publicó este diario, ni siquiera se han puesto en marcha. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el apartado de Inserción Laboral, que sufraga los programas de orientación. Es decir, el acompañamiento que el servicio público de empleo debería ofrecer a las personas con especiales dificultades para encontrar trabajo -como los desempleados de larga duración o los mayores de 45 años- y, especialmente, a aquellos que tienen riesgo de caer en la exclusión social. Sin embargo, en los seis primeros meses del año no se destinó ni un solo euro.
En el caso del apartado de Fomento del Empleo -de donde salen las bonificaciones para la contratación o los programas especiales de ocupación- el grado de ejecución apenas fue del 22,31% hasta junio. Por ejemplo, sólo se había gastado el 20% del dinero disponible para planes de empleo público en colaboración con los ayuntamientos o el 30% de la línea de ayudas para emprendedores. Y eso teniendo en cuenta que el presupuesto inicial de ambos programas sufrió una modificación a la baja.
Sin Formación Profesional
Igualmente, en materia de Formación y Cualificación Profesional -la partida más abultada del Servef- el grado de disposición de fondos se sitúa en apenas el 25%, y en realidad se limita prácticamente a los talleres de empleo que se prevé poner en marcha este otoño. «El resto de acciones estaban totalmente paralizadas», denuncia la también nueva secretaria autonómica de Economía Sostenible, quien señala «el grave problema que supone que, a estas alturas del año, apenas haya un 0,18% ejecutado en la Formación Profesional para el Empleo, para la que se presupuestaron más de 44 millones de euros».
En el caso de la formación para ocupados la situación aún es peor ya que ni siquiera se han aprobado las órdenes para que los centros puedan ofrecer los cursos.
Desde el Servef señalan, además, que no es una situación excepcional y que en los últimos años el grado medio de ejecución del presupuesto se ha quedado alrededor del 60%. Por ejemplo, el año pasado sólo se gastó un millón de los diez presupuestados para empleo joven y apenas se gastó el 40% del dinero para formación.
Entre los motivos de esta situación, Mira reconoce que en parte se debe a los retrasos del Gobierno a la hora de fijar los criterios en algunos programas, pero también recuerda que otras autonomías son más ágiles y sí que logran ejecutar los programas en las mismas condiciones. Así, lo achaca a la «falta de previsión y la mala gestión» y también a las deficiencias de diseño, que provoca que algunos planes no lleguen a sus destinatarios.
