Los sindicatos UGT y CC OO y la patronal alicantina Coepa mostraron ayer su perplejidad al conocer por este diario que, en el año que tuvo desde la aprobación del proyecto hasta que abandonó la Generalitat, el anterior Consell apenas ejecutó el 0,15% del presupuesto de más de 100 millones de euros que tenía el Servef para poner en marcha en la Comunidad Valenciana el denominado Plan de Garantía Juvenil, la gran apuesta del Gobierno central -financiada con fondos europeos, eso sí- para reducir el paro entre los menores de 25 años y para acabar con el fenómeno de los «ninis». Es decir, los jóvenes que ni estudian ni trabajan, un colectivo que se ha disparado con la crisis.

Como ayer avanzó este periódico, en todo este tiempo el Servef no ha llegado a atender ni a un solo beneficiario de este programa y el único gasto realizado fue la contratación por 150.000 euros de un estudio.

«Es indignante. Los jóvenes podrían haber estado recibiendo estos recursos desde hace un año y no se ha hecho nada», señaló desde CC OO José María Ruiz Olmos, quien reclamó a los nuevos responsables autonómicos que actúen con «rapidez» para poner el marcha el programa «y que no se pierda más tiempo». Ruiz Olmos también les reclamó «que tengan en cuenta la opinión de los afectados a la hora de diseñar las acciones» para evitar que fracasen.

En la misma línea, el secretario general de UGT-PV, Gonzalo Pino, lamentó «la dejadez del PP» con las políticas activas de empleo. «Da la sensación de que, si no podían controlar el destino del dinero para lo que ellos querían, no ponían ningún interés en su gestión», denunció el dirigente ugetista. Al igual que su compañero de CC OO, también Pino reclamó celeridad al nuevo ejecutivo y recordó que el paro juvenil alcanza el 55% en la provincia de Alicante y supera el 50% en toda la Comunidad, por lo que debería ser «una prioridad» dentro de las políticas «de cualquier Administración».

También el presidente de Coepa, Moisés Jiménez, calificó de «triste» y «lamentable» la situación y destacó la necesidad de invertir en la formación de los jóvenes y en los importantes nichos de mercado que se dan en oficios tradicionales -como el de aparadora o tapicero-, en los que resulta difícil encontrar profesionales con los conocimientos necesarios. «Una cosa es que no haya recursos, pero si existe el presupuesto es vergonzoso que no se movilice», apuntó el empresario.