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La industria teme que la devaluación del yuan frene las exportaciones a China

Los empresarios provinciales facturaron en 2014 más de 113 millones con envíos al gigante asiático

Dicen que cuando China estornuda, el resto del mundo se constipa. Y la economía alicantina no es una excepción. La decisión de las autoridades de Pekín de devaluar su moneda para reactivar sus ventas en el extranjero devaluar su moneda supone todo un revés para los empresarios de la provincia que exportan al gigante asiático, que verán cómo sus productos pierden competitividad frente a los de fabricación local. Los sectores más afectados son el mármol y el calzado, que concentran la mayoría de los envíos a este país y que desde el año pasado ya habían visto caer su facturación ante el cambio de modelo en que está inmerso la nación.

En total, durante 2014 la industria alicantina facturó 113,7 millones de euros en China, lo que supuso un descenso de más de un 17% sobre el año anterior. Una caída que, además, ha tenido continuidad en los primeros meses de este ejercici0, cuando las ventas se han reducido otro 7,8%, y que los empresarios temen que ahora se acentúe.

«Llevamos 15 meses en negativo y está claro que esto va a hacer que caigamos aún más», se lamentaba ayer el presidente de la Asociación Mármol de Alicante, Juan Antonio Santo. Los productores del Vinalopó envían al país asiático bloques en bruto que luego allí se encargan de transformar para consumo interno o para reexportar a otros países del sudeste asiático.

Durante años, los empresarios se han beneficiado de los bajísimos precios de los fletes con dirección a China -los barcos llegan de allí cargados de todo tipo de productos y rebajan sus tarifas para no hacer el viaje de vuelta vacíos- y del enorme desarrollo inmobiliario que vivía el país. Sin embargo, a medida que el coste de la mano de obra ha ido subiendo, cada vez resulta menos rentable para los empresarios chinos importar la materia prima del exterior y han empezado a explotar sus propios yacimientos. Con la devaluación del yuan, las marmoleras alicantinas lo tendrán aún más complicado ya que su producto resultará más caro, en comparación.

Contagio global

Pero Santo va aún más allá y se muestra preocupado por los efector que pueda tener la desaceleración china en el conjunto de la economía mundial. Una preocupación más que comprensible si se tiene en cuenta que el sector depende ahora de las exportaciones para su subsistencia.

También la secretaria general de la Asociación Valenciana de Empresas del Calzado (Avecal), Marián Cano, teme que la caída del yuan afecte a las ventas del sector, como ya ocurrió en Rusia cuando el rublo se desplomó, aunque confía que el efecto sea limitado. «Hay que tener en cuenta que nosotros en China competimos en calidad y diseño, porque sería imposible competir en precio con los productores locales, y en esos segmentos una pequeña oscilación no afecta tanto», señala Cano que, no obstante, asegura que habrá que esperar para ver la profundidad de la devaluación antes de emitir una conclusión definitiva. En cualquier caso, recuerda que las exportaciones del sector están muy diversificadas, «precisamente para evitar que los problemas en un solo país afecten en exceso».

Sin embargo, la gerente de Avecal ve más probable otra de las posibles consecuencias de esta devaluación del yuan: que alguna de las compañías que barajaban traer de nuevo su producción a España -como han hecho Paredes o El Dantés en los últimos años- dé marcha atrás y se quede en el país asiático. Un análisis en el que también coincide el profesor de Macroeconomía de la Universidad de Alicante, Alfredo Masó. «Las autoridades chinas están muy preocupadas ante la posibilidad de que muchas fábricas puedan deslocalizarse y marcharse a otros países ahora más baratos, como Vietnam, o que vuelvan a Europa. Con esto lo que hacen es decirles "quédense que aún somos competitivos"», explica el experto.

«Lo que han hecho es ganar algo de tiempo. Están en un cambio de modelo de uno netamente exportador a otro basado en el consumo interno pero que todavía no está maduro y necesitan que el comercio exterior siga funcionando», insiste Masó.

Por su parte, desde la Cámara de Comercio señalan que el nuevo tipo de cambio de la divisa china perjudicará a los exportadores «pero también beneficiará a las empresas que fabrican allí para luego distribuir desde la provincia». Un ejemplo, aunque la Cámara no lo cita, sería el sector juguetero que, mayoritariamente, produce allí sus muñecas y sus juegos.

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