La nueva rebaja del 1,62% que el Banco Popular de China aplicó ayer al tipo de cambio de referencia del yuan con respecto al dólar -la segunda en apenas 24 horas- disparó ayer los temores de que el nuevo sistema que ha establecido el gigante asiático para fijar el valor de su moneda busque, en realidad, una devaluación profunda de la misma que le ayude a reactivar sus exportaciones. Una estrategia que podría desatar una «guerra de divisas» entre las principales potencias para evitar que sus respectivos sectores productivos se vean perjudicados por la decisión.

Aunque el banco central chino aseguró ayer que la fluctuación del yuan «está bajo control» y que actuará para estabilizarla si es necesario, lo cierto es que la decisión de modificar el sistema cambiario para permitir una mayor fluctuación se produce apenas unos días después de que se conociera que las exportaciones chinas habían bajado un 8,3% anual en julio y del castigo que han sufrido las bolsas del país en las últimas semanas.

La decisión no sentó nada bien en los mercados del resto del mundo, que registraron cuantiosas pérdidas. La Bolsa española se dejó un 2,44%, la mayor bajada desde que Grecia adoptó el «corralito» financiero a finales de junio. Entre los grandes valores, fue Inditex el que más cayó, un 4,21%. En Europa, la decisión de China extendió las pérdidas al contribuir a la revalorización del euro hasta 1,12 dólares, encabezadas por París, con una caída del 3,4%; Fráncfort, el 3,27%; Milán, el 2,96%, en tanto que Londres ha cedido el 1,40%.