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El Banco Sabadell entierra el sueño mexicano de la CAM y Hansa Urbana

La entidad liquida las sociedades que la extinta caja de ahorros y la promotora alicantina crearon en el país azteca para promover miles de viviendas en Cancún y Baja California

El Sabadell corta definitivamente sus lazos con Hansa Urbana. Tras alcanzar un acuerdo para salir del accionariado de la matriz, tal y como ya avanzó este diario hace dos semanas, ahora el grupo catalán ha decidido liquidar definitivamente las sociedades que la CAM creó junto a la constructora para promover miles de viviendas en México y que el banco heredó con el resto del negocio financiero de la caja. Unos proyectos que, al menos en el caso que les llevó a comprar nada menos que 35 millones de metros cuadrados de suelo en Baja California, resultaron un auténtico fiasco.

De hecho, la compañía de la familia Galea se vio obligada a ir cediendo a la CAM su participación en estas tres sociedades -Hansa México, Hansa Cabo y Operadora Cabo de Cortés-, al no poder hacer frente a la abultada deuda que soportaban, de forma que el Sabadell ya recibió la mayoría del accionariado.

Desde entonces, y siguiendo las condiciones impuestas por Bruselas para autorizar la absorción de la CAM, que le obligan a desprenderse de todas las participaciones inmobiliarias que tenía la caja, el grupo catalán ya había vendido la mayoría de los activos y había vaciado de contenido estas sociedades. Hasta que, finalmente, ha podido darlas de baja de su balance con fecha de 30 de junio de este año, tal y como recogen las cuentas que ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

Eso sí, con un resultado muy desigual. Mientras que la liquidación de Hansa México le costará unos 5,5 millones de euros, el banco podrá anotarse unas plusvalías de 5,9 millones con la desaparición de las otras dos sociedades gracias a que ya había contabilizado las pérdidas ocasionadas en anteriores ejercicios.

Fue en el año 2006 cuando Hansa Urbana y decidió cruzar el charco y presentar su primer proyecto en México, que se denominaría Novo Cancún. Un macrocomplejo en la zona de expansión de este popular destino turístico que debía contar con una decena de torres de apartamentos de las que sólo llegaron a levantarse dos. Un año después anunció otro megaproyecto en la zona de Cabo Cortés, en Baja California, donde compró los citados 35 millones de euros de suelo rústico que pensaba recalificar para edificar hasta 8.000 viviendas. Ubicado junto a una reserva natural, el gobierno mexicano tumbó la propuesta en 2012 tras una inversión de más de 90 millones y el Sabadell acabó prácticamente regalando el suelo a un fondo asiático.

Una relación tensa

Desde la entidad dejaron claro a este diario que, con la extinción de las sociedades mexicana, se ha puesto fin definitivamente a la relación del grupo con Hansa, unos socios con los que nunca se sintieron cómodos y de los que trataron de desligarse desde un principio. Sobre todo, debido a las numerosas causas judiciales que acumula la promotora, investigada por fraude fiscal por la venta de una parcela al también constructor Enrique Ortiz y por un caso de supuesta corrupción en el denominado caso Novo Cartago, en Cartagena. La Audiencia Nacional también investiga la legalidad de las operaciones que hizo con la CAM.

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