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La detención de Olivas se pospuso para que no interfiriera en las elecciones

La operación estaba preparada desde hacía dos meses pero la proximidad de los comicios y la marcha del magistrado Gómez Bermúdez a Francia aconsejaron aplazar los arrestos

La detención de Olivas se pospuso para que no interfiriera en las elecciones

Las detenciones del expresidente de la Generalitat José Luis Olivas, de la cúpula directiva de Bancaja y del Banco de Valencia y de los empresarios de Benidorm Juan Ferri y José Baldó por la financiación de estas entidades a negocios en el Caribe y el presunto desvío de 115 millones a Andorra y Suiza se podía ha llevado a cabo hace al menos dos meses. La operación Coral, como se ha bautizado a esta actuación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil adscrita a la Fiscalía Anticorrupción, estaba ya lista entonces, pero la proximidad de los comicios autonómicos y municipales aconsejaron posponerla para evitar interferencias.

Con todo, no fue éste el único motivo del aplazamiento. En la elección de la fecha para llevar a cabo los nueve arrestos y los registros que el lunes se practicaron en Valencia y Barcelona tuvo también su peso la situación que estaba atravesando el juzgado Central 3 de la Audiencia Nacional, de donde su titular, Javier Gómez Bermúdez, estaba a punto de marcharse como juez de enlace a Francia sin que en esos momentos estuviera claro cómo y cuándo se le iba a sustituir.

Esta circunstancia obligó a hacerse cargo provisionalmente del juzgado al magistrado Eloy Velasco, quien entre 1995 y 2003 fue director general de Justicia de la Comunidad, los últimos diez meses (desde el momento en que Eduardo Zaplana abandona la presidencia de la Generalitat para ocupar la cartera de Trabajo) con Olivas como jefe del Consell. Un pasado que justificaba con creces la negativa de Velasco a intervenir en un asunto en el que podía ser cuestionada su actuación.

Todos estos hechos provocaron que no se planteara la puesta en marcha del operativo hasta que el magistrado Juan Pablo González, titular provisional del juzgado, se incorporó, lo que ocurrió hace unas semanas.

Ante González está previsto que comiencen desfilar hoy siete de los nueve arrestados después de que dos ellos, Manuel Setién y Rafael Tomás Codoñer, ambos técnicos de Bankia, hayan sido puestos en libertad tras prestar declaración en la Guardia Civil. A las seis de la mañana estaba programado que partiera hacia Madrid el furgón en el que serán conducidos Olivas junto a los exdirectivos de Bancaja y del Banco de Valencia Aurelio Izquierdo, José Cortina y Domingo Parra, a los que acompañará Julián Dolz, también detenido el lunes. En su primera noche todos ellos durmieron de un tirón en los calabozos de la Benemérita y cenaron con buen apetito. Ninguno puso pegas al menú que les sirvieron.

Más corto será el trayecto que tendrán que salvar Ferri y Baldó, quienes serán trasladados hasta la calle Prim, en pleno centro de la ciudad, desde las dependencias que la Guardia Civil tiene en Tres Cantos. Los dos empresarios hoteleros fueron detenidos también el lunes en la estación de Atocha, a donde habían llegado en uno de los primeros AVE del día para la firma de un contrato que se tuvo que se aplazar.

Ambos disponen de un permiso para viajar a México, país en el que tienen el grueso de sus negocios y a dónde pensaban partir el próximo domingo, después de que el mismo magistrado que ha ordenado su arresto accediera a devolverles por una semana los pasaportes que Gómez Bermúdez les retiró tras su imputación en la causa que investiga los negocios en el Caribe con la CAM, la otra caja junto a Bancaja con la que los hoteleros se embarcaron en aventuras empresariales al otro lado del Atlántico. Una causa que en diciembre de 2013 les obligó a pasar tres noches en prisión, a donde el juez Bermúdez les envió y de la que salieron tras abonar siete millones de euros cada uno, una fianza que después de la Audiencia acabó rebajando a millón y medio por cabeza.

Los detenidos en la operación Coral lo han sido por los delitos de apropiación indebida, administración desleal, blanqueo de capitales, corrupción entre particulares y falsedad documental. Los investigadores sospechan, según la Ser, que Olivas recibió de Ferri y Baldó mordidas de decenas de miles de euros y pagos en especie como viajes a Cuba en 2007 y 2009.

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