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El alquiler gana adeptos

La caída de hasta un 30% en los precios y las dificultades para acceder a la financiación necesaria para comprar un piso elevan la demanda de viviendas para arrendar

Dos posibles interesadas miran los anuncios de alquiler de una inmobiliaria en Alicante. isabel ramón

Aunque España sigue siendo un país de compradores y será muy difícil que algún día cambie por completo esa situación, la crisis económica ha contribuido a que cada vez un mayor número de personas contemple el alquiler como la mejor opción para acceder a una vivienda. La caída de los precios, que se sitúa en la provincia entre el 20% y el 30%, según la fuente que se consulte, junto con la existencia de un gran número de parejas jóvenes que han quedado excluidos del mercado de compraventa por falta de financiación, o la mayor movilidad geográfica de los trabajadores han contribuido a revitalizar una negocio que hasta ahora se consideraba secundario en el sector.

El propio Banco de España asegura que el porcentaje de hogares que vive arrendado ha aumentado en estos años en dos puntos porcentuales -al pasar del 13,6% al 15,4% del total de los existentes- y según los datos de portales como Idealista.com hasta el 25% de quienes buscan casa en las grandes ciudades en este momento se decanta por esta opción, frente al 10% de antes del estallido de la burbuja inmobiliaria.

Todo un cambio sociológico sobre el que ni siquiera los profesionales del ramo son capaces de ponerse de acuerdo del alcance que tendrá. Así, mientras que la presidenta del Colegio de API de la provincia, Marifé Esteso, o la directora del área inmobiliaria en el Grupo Casamayor, Cristina Casamayor, creen que las aguas volverán a su cauce en el momento en que el crédito bancario y la construcción se normalicen, para el responsable de la Zona Sur del citado portal, Carlos Rueda, el cambio de mentalidad «ha calado» y la opción del alquiler continuará ganando peso en los próximos años.

«Después de lo que hemos visto durante la crisis y el derrumbe de precios que se ha producido en el mercado de la compraventa, sobre todo los más jóvenes piensan de otra manera y ya no se ve el alquiler como una forma de tirar el dinero. Al contrario, lo ven como algo que les da más flexibilidad si, por ejemplo, quieren cambiar de trabajo y tienen que trasladarse o que le permite cambiar si al cabo de un tiempo la casa o el barrio no les gusta», asegura Rueda.

Estén de acuerdo o no con esta afirmación, en lo que coinciden todos los consultados es en que el número de alquileres se ha incrementado de forma muy significativa en los últimos años. «Han aparecido nuevos perfiles de inquilinos, como el de las nuevas parejas que no tienen dinero para comprar o el banco no les da financiación pero que no quieren esperar para irse a vivir juntos. O también el de aquellos que tenían una hipoteca muy alta y han perdido la casa, y se ven obligados a alquilar», explica Marifé Esteso. Y es que, a pesar de que las entidades han empezado a abrir el grifo de las hipotecas, las condiciones que imponen todavía son muy exigentes «y obligan a tener una buena cantidad ahorrada, de la que mucha gente no dispone», señala la presidenta de los agentes de la propiedad inmobiliaria de la provincia.

Más demanda en la capital

En el caso concreto de la ciudad de Alicante, la demanda también se ve dinamizada por la presencia de organismos como la Oami -la euroagencia encargada de tramitar los registros de marcas y diseños- «y la llegada de muchos trabajadores de fuera», que encuentran oportunidades laborales en el municipio o en su entorno más inmediato, según explica Cristina Casamayor. «Ahora mismo cuando sale producto nuevo que está bien, pisos que se encuentran en buenas condiciones o que están reformados, lo cierto es que vuelan», señala la empresaria. Por el contrario, a medida que desciende el tamaño de la población, también decae el interés por el alquiler, aunque la tendencia al alza sea generalizada.

Sin duda, otro de los factores clave a la hora de explicar esta tendencia es la caída de los precios. «Antes no te compensaba porque te resultaba igual de caro que la hipoteca pero ahora el alquiler es más asequible. Puedes encontrar pisos muy buenos en el centro de Alicante por menos de 500 euros», asegura Marifé Esteso. Es más, una sencilla búsqueda en cualquier portal especializado permite comprobar que buena parte de la oferta se sitúa en el entorno de los 400 euros y que en los municipios del interior es posible encontrar estudios por poco más de 150 euros mensuales.

Desde el inicio de la crisis económica en el año 2007, el descenso medio de las rentas alcanza ya el 22%, según los datos de Idealista.com, que sitúa el precio actual del metro cuadrado en la provincia en 5,2 euros mensuales. Por su parte, Fotocasa.es habla de una caída más pronunciada, de un 30,2%, y cifra la renta media mensual por metro cuadrado en 5,01 euros. En ambos casos, esto supone los ya citados 400 euros mensuales para un piso de unos 80 metros cuadrados.

Datos municipales

De acuerdo con estas mismas fuentes, los alquileres más accesibles estarían en Sax, donde se pagan de media menos de 3 euros por metro cuadrado, seguidos por los de Elda, con 3,57 euros por metro; Alcoy, con 3,74; y Petrer, con 3,98. Datos que coinciden con las poblaciones que también tienen los precios de compraventa más bajos de la provincia.

Por el contrario, son los municipios turísticos, donde los alquileres de temporada distorsionan la estadística, los que presentan las cotizaciones más elevadas. Así, en Benidorm se pagan entre 7,2 y 7,1 euros; en la cala de La Vila, 6,6 euros; en Altea, 6,1; y en Arenales del Sol o Calp, 6 euros por metro.

En la ciudad de Alicante ambos portales coinciden en que el precio medio es de 5,6 euros, frente a los 7,2 que se pagaban en 2007; mientras que en Elche rondaría los 4,5 ó 4,6 euros, dependiendo de la fuente que se tome.

Desde el punto de vista de la oferta, la crisis económica también ha tenido un efecto multiplicador. Por ejemplo, en el caso del primero de los citados portales, el volumen de pisos que se anuncian para el alquiler ha pasado de los 1.378 que existían en mayo de 2007 a los más de 8.700 que había activos en el mismo mes de este año. Y aunque no todo este crecimiento se corresponde de forma lineal con el aumento de la oferta global -en la cifra también influye la mayor difusión que ahora tienen estas webs gracias al uso de los teléfonos inteligentes-, sí que da una idea de lo que ha ocurrido en los últimos años.

«Con la caída de los precios y la paralización de las ventas, muchos propietarios han optado por poner el piso en alquiler para sacarle alguna rentabilidad, en unos casos, o para pagar la letra de la hipoteca, en otros», relata la presidenta de los API, quien señala que también ha influido la mejora de la legislación que ha agilizado el desalojo de los inquilinos morosos. En este sentido, Marifé Esteso destaca el avance del arbitraje, como el que realiza el propio Colegio de API, como fórmula para resolver los posibles conflictos entre arrendador y arrendatario.

Pequeños inversores

También ha contribuido a mejorar la oferta el surgimiento de pequeños inversores que han visto en el hundimiento del sector inmobiliario una oportunidad para sacar partido a sus ahorros, ante el hundimiento de los intereses que los bancos abonan por los depósitos. Personas que han adquirido uno o varios pisos, aprovechando las gangas que se han visto en el sector, y que ahora los arriendan. «Hay que tener en cuenta que la rentabilidad que se obtiene en estos momentos es muy buena. Según nuestros cálculos en Alicante se sitúa en el 5,4%, por encima de la media nacional y una cantidad que ninguna entidad puede ofrecer», explica Carlos Rueda.

Tanto es así, que algunos inversores incluso solicitan préstamos para hacer frente a una parte de la inversión y, aún así, les compensa. «Ya se están dando hipotecas a tipo fijo al 2,5%, si lo alquilas bien aún ganas otro 2,5% para ti», explica el responsable de la Zona Sur de Idealista.com.

Lo cierto es que fueron entidades como el Sabadell las que empezaron a fomentar este negocio -que denominaron como «inversores de barrio»- como fórmula para desprenderse de los pisos que acumulaban en barrios populares y de difícil salida.

Sin embargo, la directora del área inmobiliaria de Casamayor cree que buena parte de esta oferta se acabará retirando del mercado en los próximos años, en la medida en que los precios del ladrillo vuelvan a subir «y los propietarios puedan venderlos sacando el beneficio que esperan». «Hay hambre por comprar, se ve cuando sale una promoción nueva», insiste. Habrá que esperar para ver si tiene razón o si, por el contrario, el auge del alquiler se mantendrá en los próximos años, lo que indicaría que nos acercamos a estándares más europeos, donde esta opción tiene un peso muy superior al español.

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