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El programa económico de la izquierda

El modelo económico que trae la izquierda

Más industria, rehabilitación de edificios, un turismo más diversificado y apoyo al pequeño comercio frente a las grandes superficies son algunas de las propuestas de las formaciones que negocian el próximo Consell

Después de más de 20 años de hegemonía del PP, el próximo gobierno de la Generalitat tendrá un color político diferente, aunque aún está por ver si se acercará más al rojo del PSPV o al naranja de Compromís, y en qué medida influirá el morado de Podemos. Un relevo, en cualquier caso, que ha despertado los recelos de unos y las esperanzas de otros pero que, sin duda, también comportará importantes cambios en la política económica que se desarrollará desde el Consell.

Más allá de las medidas de urgencia que se quieren poner para paliar los efectos más duros de la crisis económica -como el desatasco de la lista de más de 12.000 personas que están a la espera de cobrar la renta mínima ciudadana de la Generalitat, alternativas para frenar los desahucios o planes de choque de empleo para los parados de larga duración-, las tres formaciones con posibilidades de participar o de influir en el próximo ejecutivo autonómico abogan por un cambio de modelo económico y de desarrollo de la Comunidad Valenciana, aunque reconocen que se trata de una apuesta de largo recorrido que tardará años en asentarse.

Un nuevo paradigma que pasa, a grandes rasgos, por aumentar el peso del sector industrial, elevar el gasto en innovación, potenciar la rehabilitación frente a la construcción de nuevos edificios y favorecer el cooperativismo o la denominada economía social, lo que implica mejorar servicios públicos como la sanidad o la atención a la dependencia, como generadores de empleo. También por diversificar el turismo o limitar la expansión de las grandes superficies en favor del pequeño comercio, y todo ello tiznado por una exigencia de mayor sostenibilidad y respeto al medio ambiente.

Desde el punto de vista de los ingresos para desarrollar estas políticas, todos coinciden en la necesidad de conseguir un nuevo modelo de financiación autonómica pero, mientras llega el acuerdo -si es que llega-, también abogan por aumentar la recaudación de los tributos propios. ¿Cómo? Elevando el Impuesto de Sucesiones y Donaciones y el de Patrimonio para las rentas más altas y también poniendo más medios para combatir el fraude. Las que siguen son las principales propuestas económicas que contienen los programas de las tres formaciones de izquierdas.

Industria

«Debe ser la prioridad. Es el sector que lidera la innovación y el que puede tirar del resto para cambiar el modelo productivo hacia uno que genere empleos de más calidad», destaca el vicesecretario de Economía del PSPV, Julián López Milla. Las planteamientos de los socialistas pasan por potenciar los sectores tradicionales a través de los denominados «cluster» -concentración de industrias de un mismo sector-, la agrupación de pymes para favorecer que puedan exportar y su colaboración con las grandes empresas del ramo, la atracción de compañías de alto nivel tecnológico y, sobre todo, el aumento del gasto en I+D, tanto privado, como público -a través de las universidades y de los institutos tecnológicos- hasta alcanzar el 2% del PIB autonómico.

Unos objetivos compartidos también por Podemos y Compromís, aunque estas últimas formaciones quiere que esta «tercera revolución industrial» también sirva para impulsar un cambio hacia un modelo industrial más respetuoso con el medio ambiente. «Hay que potenciar una reconversión ecológica que, además, hará más competitiva a nuestra industria porque supondrá que rebajen su factura energética», explica la dirigente de la coalición nacionalista Mireia Mollà. De paso, sostiene Mollà, se estarían favoreciendo nuevos sectores emergentes, como el de las energías renovables.

En la misma línea, desde el partido liderado por Pablo Iglesias proponen en su programa estímulos a la puesta en marcha de nuevas empresas industriales y también más recursos para la Formación Profesional, para dotarlas de mano de obra.

Economía social

Otro de los puntos en los que inciden los programas de izquierdas es en la potenciación de la economía social, a través del fomento de la creación de cooperativas o de sociedades laborales como alternativa al desempleo. «Hay que eliminar trabas burocráticas y facilitar la puesta en marcha de este modelo empresarial, que es uno de los que más estabilidad aporta a la economía», apunta desde Podemos David Torres, que deja claro que la atención a las pymes y los autónomos debe ser otro de los ejes del nuevo Consell. Tanto esta formación, como Compromís llevan en sus programas, por ejemplo, medidas para favorecer que los trabajadores de una empresa en concurso puedan rescatarla a través de estas figuras para evitar su cierre.

La otra pata de esta política es la «recuperación» de los servicios públicos, como la sanidad o la atención a la dependencia, que, «además de mejorar el bienestar de los ciudadanos, también deben contemplarse como un yacimiento de empleo», explica Mollà.

Comercio

Los tres partidos de izquierda coinciden en que hay que «reequilibrar» la balanza en el sector, que ahora se inclina demasiado hacia el lado de las grandes superficies. Para ello las propuestas van desde la declaración de «zonas comercialmente saturadas» que propone el PSPV, hasta la implantación de un impuesto a las grandes superficies, por el que aboga Compromís. Todos quieren, también, redefinir con «criterios objetivos» las zonas de gran afluencia turística en las que se permite la libertad horaria y, además, tanto los nacionalistas, como Podemos quieren que los establecimientos que abran en festivo demuestren que esta medida crea empleo. También hay coincidencia en exigir estudios de impacto antes de cualquier operación de grandes dimensiones, como la de Ikea en Alicante.

Construcción

La apuesta también es muy clara en este apartado y todos apuntan a la rehabilitación como el nuevo motor que debe sacar al sector del atolladero. «Rehabilitación tanto de edificios como de entornos urbanos», especifica el portavoz del PSPV. Además de incentivos fiscales y de armonizar las tasas que deben pagar los constructores en los diferentes municipios, los de Ximo Puig proponen la creación de su propio instituto tecnológico. También para Podemos éste debe ser uno de los que denomina «polos de arrastre» del nuevo modelo económico.

En materia de obra nueva, el PSPV propone no recalificar más suelo hasta que no se agoten los planes aprobados y usar el excedente actual en la periferia de las ciudades para «actividades productivas».

Por su parte, y en la vertiente más social, también hay coincidencia en potenciar el alquiler social y en utilizar, de algún modo, las viviendas vacías para este fin, aunque no especifican cómo se conseguiría esto.

Turismo

Todos los grupos consideran necesario desarrollar la oferta complementaria al «sol y playa» y defienden un modelo menos depredador del territorio. Gastronomía, cultura, turismo, golf -en algunos casos- o la potenciación de segmentos como el público homosexual son algunos de los planteamientos que recogen los programas, junto a otras propuestas más concretas y hasta curiosas. El PSPV quiere poner en marcha un programa de turismo para la tercera edad, similar al del Imserso pero solo para los residentes de la Comunidad, y Podemos propone, por ejemplo, incentivar la grabación de series y películas en la autonomía como forma de promoción. También dejan claro la apuesta por el turismo rural y ecológico.

Agricultura

Otros de los sectores a potenciar y que, de acuerdo con las formaciones de izquierda, más juego puede dar. «Creemos que el desarrollo de la agricultura ecológica puede generar muchos puestos de trabajo, pero hay que facilitar las cosas para acortar los canales de distribución y propiciar la venta directa», asegura David Torres. También para que sean los propios productores los que transformen sus productos -en zumo o mermelada, por ejemplo- y se vendan como productos artesanales. Entre las propuestas también destaca la creación de bancos municipales de tierras para facilitar la puesta en producción de las parcelas abandonadas -lo ponen sobre la mesa Compromís y Podemos- o la creación de un seguro de renta básica para los agricultores, como quiere el PSPV.

Empleo

Las tres formaciones consideran ineludible la reforma del Servicio Valenciano de Empleo y Formación, para mejorar la orientación que reciben los parados, su reciclaje y, sobre todo, para que realmente sirva para encontrar empleo. «No se entiende que, cuando más se necesitaba, se haya recortado su presupuesto y su plantilla», apunta Mireia Mollà.

También parecen tener bastante claro la necesidad de poner en marcha programas extraordinarios de colocación para desempleados de larga duración o en riesgo de exclusión social, y medidas para reducir la precariedad.

Impuestos

En cuanto a la fiscalidad, PSPV, Compromís y Podemos quieren reformar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones y también el de Patrimonio para que las rentas más elevadas paguen más y aumente la recaudación del Consell por estos conceptos. Más allá del enunciado genérico, los socialistas quieren poner en marcha un plan de lucha contra el fraude para acabar, por ejemplo, con las herencias «dormidas», que no tributan; los nacionalistas proponen introducir más tributos medioambientales y conseguir que el impuesto a los depósitos bancarios «sea efectivo»; mientras que los de Pablo Iglesias reclaman un agencia tributaria propia.

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