Las familias fundadoras del histórico gigante alimentario Frudesa y sus herederos llegaron a acumular 17 millones de dólares (15,6 millones de euros al cambio actual) a nombre de sociedades pantalla radicadas en paraísos fiscales con cuentas de la filial suiza del HSBC. Según la documentación interna del banco que en 2008 obtuvo el exempleado Hervé Falciani, la estructura «off shore» se montó a partir de la venta de las primera participaciones de la compañía con plantas en L'Alcúdia y Benimodo a la multinacional Unilever.

Los cuatro empresarios de Carlet que crearon la empresa de ultracongelados, Francisco Girona, Bernardo Lafuente, Bernado Bello y Vicente Codoñer (ya fallecidos), así como sus decendientes, figuraban como beneficiarios de cuentas a nombre de empresas con sede en las Islas Vírgenes Británicas o el Reino Unido, según datos a los que ha tenido acceso INFORMACIÓN a partir de la información que ha publicado El Confidencial.

Cada rama familiar contaba con una estructura societaria diferenciada e independiente, aunque todos compartían el asesoramiento de Merril Lynch Investment y el gestor Schroder Trust. En el ejercicio 2006-2007, la familia Girona Bello llegó a figurar como beneficiaria de 6 millones de euros depositados en el HSBC por la sociedad Sunyellow Holdings LTD, que contaba con tres domicilios en Islas Vírgenes y otro en Reino Unido. También aparecen relacionados con la mercantil Gynell Holdings LTD, también con sede en Tórtola, Islas Vírgenes, aunque con cero euros en la cuenta en esos años.

Los siguientes en la lista por volumen de fondos son los Bello Lafuente, que aparecen relacionados con la mercantil Emerald International LTD, con sede en Londres y las Islas Vírgenes. Otra mercantil vinculada a la familia era Starcrets Investments LTD, que llegó a contar con 2,55 millones de euros entre 2006 y 2007. Otra mercantil británica Goldbell Investments tuvo un saldo de 2,21 millones de euros. Bernardo Bello Lafuente, hijo de uno de los fundadores, aseguró ayer que la operativa siempre ha sido legal.

La rama familiar del fallecido Bernardo Lafuente Ferriols aparece vinculada a la sociedad domiciliada en Reino Unido Blue Lake Investment LTD, con saldos vinculados que alcanzaron los 3,6 millones de euros. Este diario dejó ayer recado en la sociedad patrimonial de la familia BSM Hábitat para contactar con los descendientes del empresario pero no devolvieron la llamada.

Bernado Lafuente, un reconocido químico vinculado durante toda su vida al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la Comunidad Valenciana, destinó otra parte de la fortuna obtenida por la venta de Frudesa a adquirir una importante participación de la valenciana Natra. Su familia llegó a ser el segundo mayor accionista de la empresa especializada en la transformación de cacao y proveedora de cafeína a Coca-Cola con un 24,78% del capital. También participó en la aventura farmacéutica de Natra, Natracéutical, hasta que se fue desprendiendo de los paquetes en las dos cotizadas.

Los familiares de otro de los fundadores de Frudesa, Vicente Codoñer, están relacionados con las sociedades Garren Investments LTD y Grant International LTD, ambas con doble domicilio en Londres y las Islas Vírgenes y con cero euros entre 2006 y 2007. En Newbridge Associated, otra mercantil con sede en Tórtola (Islas Vírgenes), había depositados 1,32 millones de euros. Aquí, además de Merrill Lynch y Schroder Trust aparece como gestor Equalia Services.

Girona, Lafuente, Codoñer y Bello fundaron Frudesa en la década de los sesenta del siglo pasado como empresa transformadora de productos agrícolas a partir de producciones propias y ajenas. En 1962 se inició la producción de congelados en la planta de L'Alcúdia y la compañía experimentó un fuerte crecimiento en los años setenta y ochenta. En 1990 los accionistas decidieron desprenderse del 40% del capital para dar entrada a la multinacional francesa Sant Louis, que al poco tiempo se fusionó con Danone. Ésta a su vez vendió Frudesa a Unilever en 1994. Los conflictos con la gestión llevaron a los fundadores a vender el resto de sus participaciones en 1998, año que Frudesa dejó de ser propiedad valenciana. En el año 2000, Unilever vendió la compañía a la francesa Bonduelle, que la integró en su cadena de producción.