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Fempa toma el camino para irse de Coepa

El metal se queda fuera de la junta directiva de la patronal por primera vez en su historia como represalia por ser uno de los sectores más críticos

Fempa toma el camino para irse de Coepa

La patronal del metal Fempa, una de las organizaciones sectoriales de la provincia con más peso por número de asociados, está, si es que nadie lo remedia, a un paso de hacer las maletas para marcharse definitivamente de Coepa. Es cierto que las relaciones entre el metal y el núcleo duro de Coepa son tensas desde hace ya bastante tiempo, sobre todo porque desde Fempa siempre han cuestionado, y mucho, la gestión que se ha seguido en los últimos años. Sin embargo, ahora, tras la reforma estatutaria y el proceso electoral que se ha abierto en la confederación provincial, la situación parece haber entrado en un punto de no retorno. «La política de Moisés Jiménez es la de estás conmigo o estás contra mí, y nosotros no estamos dispuestos a convertirnos en cómplices», sentencian desde Fempa.

Así las cosas, la federación de Guillermo Moreno ha abierto un proceso interno de reflexión. Ya no sólo se trata de su cúpula, que también, sino de los propios asociados a Fempa, que cada vez se muestran más molestos con la dirección que ha tomado Coepa, y así se lo han hecho saber a la directiva de Fempa en reiteradas ocasiones. Ahora bien, tienen muy claro que, si no se da un giro copernicano, acabarán dando un portazo, tras 37 años en Coepa. Sólo con regeneración, transparencia y diálogo, según argumentan, se replantearán su continuidad. Para ello, se han establecido unos límites: en el mejor de los casos, hasta final de año; si las cosas se precipitan, incluso podría ser antes del verano.

Tradicionalmente, Fempa ha sido uno de los colectivos con más peso en Coepa. No sólo fue de las organizaciones fundadoras, y promotoras, de la patronal alicantina, allá por el año 1978, sino que de sus filas salieron dos presidentes de Coepa: José Llorca Soler y José Luis Montes Tallón. Es más, el metal llegó a tener cuatro representantes en el comité ejecutivo. Sin embargo, con la llegada de Modesto Crespo a la presidencia de la confederación empresarial de la provincia, las cosas empezaron a tensarse, hasta el extremo de que todo se saldó con dos demandas de impugnación de las cuentas anuales de 2006, estando el propio Crespo de dirigente, y de 2009, ya con Rafael Martínez Berna. Los tribunales le dieron la razón y reconocieron que los balances no reflejaban la imagen fiel del patrimonio ni de la situación financiera de Coepa.

Desde entonces, los desencuentros han sido continuos hasta llegar al momento actual: Moisés Jiménez acaba de presentar su candidatura para las elecciones del 26 de febrero, con los 40 nombres de los vocales que propone para la junta directiva. De la lista se desprende que, por primera vez en 37 años, el metal queda fuera de cualquier órgano de gobierno de Coepa. Podrá seguir siendo asociado, pero su participación se limitará a la asamblea. Sin embargo, no sólo ha sido eso. Jiménez justificó el pasado viernes, tras la presentación de su candidatura, la exclusión de Fempa diciendo que «hemos configurado una junta directiva para trabajar». Por si con ello no fuera bastante, recriminaba a los de Guillermo Moreno que hayan pasado de seis a dos vocales en Coepa. Ante esta situación, la réplica no podía ser más contundente: «No sabemos lo que entenderá Moisés Jiménez por trabajar, porque sólo hay que ver cómo está Coepa y cómo está Fempa, y, en cuanto a nuestra forma de apoyar a Coepa reduciendo el número de vocales, es similar al apoyo que Coepa está dando a Cierval y a la CEOE, porque ellos también han reducido las vocalías», denunciaron.

No obstante, desde Fempa dejan claro que su marcha, si se consuma, no es una pataleta por haber quedado fuera de los órganos de gobierno, sino la consecuencia de haber perdido la confianza en Coepa. «Hemos aguantado actas y cuentas que no reflejan la realidad y que no se nos dé información de nada, mientras se nos ha apartado de cualquier comisión, y no se ha tenido en cuenta ninguna de las propuestas que hemos hecho, cuando lo único que hemos buscado es hacer una crítica constructiva para mejorar», sostienen.

La falta de un posicionamiento claro contra la corrupción, una gestión que consideran nefasta o la excesiva dependencia de las aportaciones públicas, y, por consiguiente, la pérdida del carácter reivindicativo y la escasa defensa los intereses empresariales, son sólo algunos de los errores de bulto que achacan a Moisés Jiménez, al que consideran el «delfín» de Modesto Crespo. «Lo que habría que ver no es cuántos empresarios hay dentro, sino cuántos están fuera porque no se creen esto de Coepa», dejan caer.

Sea como sea, Fempa está dispuesta a resolver su situación en Coepa en cuestión de meses. De hecho, y más allá de su decisión, se muestran convencidos de que, a partir de ahora, Coepa seguirá una política «revanchística» con las voces discordantes. Eso, y esa falta de credibilidad junto a la pérdida del carácter reivindicativo, les lleva a presagiar una auténtica diáspora. Ahora sólo queda ver si el tiempo les da o les quita razón. Ellos al menos parece que ya preparan su marcha.

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