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Conrado Hernández. Secretario General de UGT-PV

«Algunos responsables del sindicato no han querido asumir parte del desgaste»

El líder de UGT-PV desde 2009 abandona la dirección de la central a mitad mandato

«Algunos responsables del sindicato no han querido asumir parte del desgaste» josé aleixandre

¿Se marcha o lo destituyen?

Me voy. Soy un sindicalista clásico al que llega el momento de buscar relevo tras aterrizar en una organización hace más de treinta años,procedente del sector metalúrgico y naval. Sin duda, desde entonces el sindicato ha cambiado bastante y espero que venga gente con ideas más innovadoras; no sé si modernas, que saque adelante el sindicato en estos tiempos de cambios y de crisis económica. No se puede decir que me hayan destituido. Presentaré mi renuncia en el próximo comité nacional de UGT-PV que se celebrará este próximo lunes. Luego, en enero, habrá uno extraordinario para designar a la nueva ejecutiva del sindicato.

Sus barones le han abandonado y en el último congreso general de UGT-PV fue elegido con tan sólo el 52 % de los votos de los delegados. ¿Fue la crónica de una muerte anunciada?

Fue una mayoría suficiente para gobernar. Los problemas económicos comenzaron hace un lustro y afectaron a todos. Fue una una ola que afectó a las federaciones y a uniones territoriales. Mi candidatura la valoraron todas las organizaciones menos una, lo que pasa es que por aquel entonces [en mayo de 2013] ya se habían producido tres ERE [expedientes de regulación de empleo] en la organización y eso, probablemente, me pasó factura a la hora de la votación final. Mi mochila está muy cargada y es mejor que un compañero o compañera me sustituya.

Entonces, Cándido Méndez dijo que siempre es mejor obtener un porcentaje «solvente», aunque el sindicato debía salir «unido y mirar hacia adelante». No se se ha cumplido eso.

A pesar de la escasa mayoría lograda el sindicato mejoró en clave interna. Hubo desazón por parte de los afiliados, sobre todo por la política del Partido Popular y los recortes. No he notado nivel de crispación de los afiliados hacia la dirección del sindicato. El plantamiento de reestructuración que hizo Cándido Méndez supondrá, sin duda, muchos sacrificios porque reducirá a unas tres el número de federaciones [ahora hay seis] y veremos cómo quedan las uniones territoriales. Esto último se sabrá el próximo verano.

Habla de «desgaste» por los ERE y la situación económico-financiera del sindicato. ¿Por qué ha tenido dificultades? ¿Por qué se culpa al PP o al Consell de la situación del sindicato?

El escenario económico que hemos tenido me ha desgastado mucho. Ha sido inevitable hacer la reestructuración al pasar de gestionar un presupuesto de unos veinte millones a otro de poco más de tres millones y medio. Llevar tantos ERE a la espalda que, sin duda, cansa y erosiona la imagen. Quien tiene que despedir y cerrar sedes tiene más desgaste que el resto de la organización. Ahora toca hacer una refundición. Tampoco he sido capaz de conseguir un marco de diálogo social adecuado en la Comunidad Valenciana. El Partido Popular se ha cargado el pacto valenciano por el empleo y la formación [Pavace]. Deberíamos haber abordado un marco de diálogo social con Alberto Fabra dada la situación del paro, falta de prestaciones sociales o la dependencia es muy grave. Es decir, gestionar los fondos para formación profesional y otros programas.

Es evidente que el PP no apostó por eso desde que llegó Fabra porque no ha tenido especial interés. Me siento frustrado al no poder haber conseguido un marco de diálogo social con la Generalitat y la patronal a la vista del desastre del mercado laboral de la Comunidad Valenciana o el nivel de pobreza. En el aire están la Ley de Participación Institucional o el nuevo marco de la formación. Espero que se resuelvan antes de acabar la legislatura.

El sindicato cerró el ejercicio de 2013 con unas pérdidas de 1,75 millones de euros. ¿Cuáles son las previsiones para este año?

Nos situaremos en cifras semejantes. Este año también hemos hecho otro ERE, que sumado a los gastos financieros por los préstamos bancarios no llevarán a los citados números rojos. A pesar del déficit tenemos un patrimonio que supera los 20 millones de euros, luego podemos estar tranquilos.

Gonzalo Pino, ¿es un buen relevo en el cargo? ¿Es una condición ser miembro de la MCA (federación del metal y construcción) para ser secretario general? Rafael Recuenco, el anterior dirigente ugetista, también venía de esa federación.

Pino es alguien de mi entorno y confianza. Llevamos muchos años juntos. Pienso que es una persona adecuada para acometer esta reestructuración del sindicato. Ha tenido menos desgaste que yo y hay que ser respetuoso con la decisiones que tome la organización. Es un buen sindicalista y con con suficiente formación. Si fuera el caso podría tomar las riendas de la organización. En el conjunto de España también el sector del metal y la industria han sido los que más líderes han aportado para vertebrar el sindicato. No sólo ha ocurrido aquí.

¿Habrá más candidatos?

No me consta. Hay amplio consenso para que sólo se presente una candidatura.

El argumento de apostar por Pino parece un poco endeble, pues apenas hay cambio generacional. Tiene su misma edad y sostiene modelo clásico del sindicato que hay que cambiar, según usted.

La renovación no está tanto en la edad como en las ideas. Al final no puedes meter a un chaval de treinta años para liderar el sindicato. En cualquier caso, la decisión la tomará el comité nacional.

¿Se siente traicionado por algún dirigente, federación o unión territorial de la organización?

La palabra no es tanto traicionado como decepcionado o incomprendido por algunos responsables que no han querido asumir la parte de desgaste que nos tocaba a cada uno. Cuando nos encontramos con esta 'tormenta perfecta' que ha sido la crisis y la organización del sindicato teníamos que remar juntos para llevar el barco a puerto. El buque está muy cerca de la bocana. Al final ha habido algún dirigente que se ha amarrado al palo más largo del barco pensando que así las olas no se lo llevarían, sin pensar que la tormenta nos afectaba a todos.

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