Conocidas promotoras de la Comunidad Valenciana acudieron a la ampliación de capital de Bankia a través de su salida a Bolsa en 2011 para colaborar con su éxito pese a arrastrar problemas económicos, refinanciaciones e incluso impagos en créditos concedidos con la entidad. El informe de los peritos del Banco de España remitido al juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu, explica que se han detectado «órdenes incomprensibles realizadas por acreditados con operaciones refinanciadas y retrasos en el pago de las cuotas».
Entre las compañías citadas se encuentran Salvador Vila SL, que compró acciones por valor de 300.000 euros, y Espacios para Vivir, una mercantil vinculada al grupo Onofre Miguel que destinó 250.000 euros a adquirir títulos del banco. Ambos grupos inmobiliarios están hoy en concurso de acreedores al haber sido incapaces de superar sus dificultades financieras lo que abunda en la sospecha de los peritos de que su inversión no obedecía a la racionalidad de una operación meramente bursátil. En Alicante, destaca la compra de un millón de euros en acciones por parte de la constructora Ecisa o los 100.000 euros que gastó Inversul del Mediterráneo.
En ámbitos financieros se ha especulado con que los responsables de Bankia presionaron o invitaron a clientes a acudir a la salida a Bolsa para asegurarse que se cubrían los 3.092 millones en nuevas acciones.
Este argumento explicaría que algunos de los inversores vendiesen sus títulos al mercado en apenas unos días, incluso registrando pérdidas, con la intención de recuperar cuanto antes la liquidez. En el grupo de compradores del tramo minorista figura también Cyes Infraestructuras, que destinó 251.000 euros a comprar acciones que vendió apenas 14 días después sin apenas plusvalía. Incapaz de reestructurar su pasivo, Cyes solicitó concurso de acreedores el pasado verano. Otra constructora valenciana como Rover Alcisa adquirió 64.000 acciones por un importe de 240.000 euros. Aguantó su inversión un poco más que Cyes, concretamente 40 días, y vendió con unas minusvalía de 3.200 euros. Peor fue la experiencia bursátil para Porcelanosa. El gigante del azulejo se gastó tres millones de euros en 800.000 títulos. La suya fue una operación con vistas a largo plazo. Aguantó la posición 296 días y se desprendió de su paquete asumiendo unas pérdidas de casi 500.000 euros cuando el valor ya estaba en caída libre.
La ayuda de Arturo Fernández
Los peritos también ponen la lupa en el hecho de que la Cámara de Comercio de Madrid invirtiese 12 millones en comprar 3,2 millones de títulos que vendió al mismo precio apenas dos días después. Se da la circunstancia de que la Cámara madrileña la presidía y preside Arturo Fernández, que era consejero de Bankia y de Banco Financiero.
