Cuando el año pasado la mayoría de las entidades vendió a diferentes fondos la gestión de sus activos inmobiliarios, el Sabadell ya dejó claró que sus planes para Solvia, su filial especializada en la materia, iban por un camino bien distinto. El banco catalán no sólo quería conservar el control de su división inmobiliaria, sino que pretendía potenciarla para convertirla en una empresa con vida propia y situarla entre las primeras del sector en España.

Una empresa que no sólo sirviese para vender los activos propios del banco, sino que también pudiera gestionar los de otras entidades y organismos -como prueba la reciente adjudicación de la comercialización de más de 42.900 inmuebles de la Sareb- o incluso ofrecer servicios a otras promotoras y comunidades de propietarios.

Los primeros pasos hacia esta autonomía -que muy probablemente acabará con Solvia saliendo a cotizar en Bolsa- se han dado esta semana en Alicante, donde el director general del Sabadell, Miquel Montes, ha presentado ante unos 250 trabajadores la nueva estructura de Solvia que le permitirá operar sin depender del banco. Así, la filial contará con su propia dirección corporativa y financiera y departamentos también propios de recursos humanos, comunicación, marca o análisis estratégico, además de un área económico-financiera.

«Solvia está preparada para ser la gran compañía de servicios inmobiliarios de este país», aseguró Montes, quien añadió que la nueva compañía se asienta sobre «la concentración del talento de que disponemos en Alicante, donde hemos decidido que estén nuestros servicios centrales». Como se recordará, el pasado mes de septiembre el Sabadell decidió ubicar la sede operativa de Solvia en el edificio que antiguamente ocupaban los servicios centrales de la CAM.