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Gabriel Escarrer Jaume, vicepresidente y consejero-delegado de Meliá Hoteles

«El turismo debe alejarse del "low cost" y ofrecer calidad»

Gabriel Escarrer Jaume pilota desde hace 19 años Melia Internacional Hoteles, el grupo más importante del mundo con 350 establecimientos y 30.000 empleados

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¿Por qué ha elegido la Costa Blanca y el complejo Villaitana para la convención anual de sus agentes de ventas repartidos por todo el mundo?

Creo que el destino en esta época del año es idóneo para eventos y grandes grupos en general, tanto si hablamos de Benidorm y la Costa Blanca, como del propio hotel Meliá Villaitana. En particular, para nuestra convención anual, tiene además el incentivo de que lo gestionamos nosotros, y que ciertamente, Meliá Villaitana es un hotel en el que poder sentir el orgullo de pertenecer a esta compañía.

¿Qué opina de Benidorm como destino? ¿Y la Costa Blanca en general?

Benidorm tiene sus meses, su target y su dinámica propia, incluso una estética muy particular que le ha hecho famoso. Pero también es un destino que ha sabido reinventarse y crecer en diversidad y calidad de productos, como demuestra el complejo Villaitana, Terra Mítica u otros hoteles de primer orden que no podrían encontrarse en otro destino mejor.

¿Por dónde van las tendencias del mercado turístico a medio plazo?

Indudablemente, vamos hacia una mayor personalización e individualización de la demanda. Internet y las redes sociales han hecho accesibles los viajes de vacaciones a todos los perfiles y segmentos de clientes. Un abanico inmenso de posibilidades, donde la oferta hotelera no tiene más remedio que reinventarse, innovar, y ofrecer más calidad. Hoy para nosotros, y en general para el sector turístico español, la clave es diferenciarnos por calidad e innovación, alejarnos del concepto «low cost» o «comodity» donde solo se comercializan camas. Debemos ofrecer marcas y experiencias, tanto a nivel de los destinos como de los hoteles. Si lo hacemos así convertiremos nuestro modelo turístico en sostenible y rentable, capaz de competir con los nuevos destinos de sol y playa emergentes del norte de África o el Mediterráneo oriental.

Usted que cuenta con hoteles por todo el mundo ¿ha detectado nuevas zonas susceptibles de competir con la oferta de sol y playa?

Somos líderes en el segmento de hoteles vacacionales a nivel internacional, y tenemos unos mercados consolidados como el Mediterráneo y el Caribe, algunos destinos de Asia Pacífico como Bali, Medio Oriente, e incluso nos hemos implantado con fuerza en el Caribe anglosajón muy recientemente, en Jamaica y Bahamas.

Todos estos destinos siguen siendo excelentes y con un gran potencial de futuro, pero el turismo se globaliza cada vez más, y surgen enormes mercados como China, que tiene en el sureste asiático sus destinos «naturales». Por ello, puedo decirle que, como empresa turística global, constantemente estamos buscando nuevos destinos para resorts con posibilidades, en entornos paradisíacos como Vietnam, Mianmar, Indonesia. Precisamente acabamos de firmar la gestión del hotel Gran Meliá en Bintan, el nuevo destino de moda del mar de China, y queremos seguir estando presentes en todos los destinos importantes de vacaciones, exportando nuestro conocimiento y ofreciendo nuevas experiencias a nuestros clientes.

¿Tiene futuro la industria hotelera con la presión del alquiler ilegal de apartamentos turísticos?

Creo que la clave, una vez más, no está en luchar contra la marea. Está claro que hay una corriente de moda que es la llamada «economía colaborativa» que vive su momento de auge, pero eso no es directamente competencia de los hoteles que venden experiencia, marca y garantías. Ese movimiento compite solo por alquilar camas y como le he mencionado antes, nosotros no estamos en esa liga, pero creo además que la industria hotelera española no debe ir por ese camino, sino por el de ofrecer garantías de marca y experiencias. No creo que comprometan nuestro futuro. Sencillamente, tienen un nicho diferente, al igual que una plataforma on-line de transporte colaborativo no terminará con los taxis, todas estas fórmulas tienen un nicho y un límite. Dicho esto, hay que instrumentar garantías para que estas actividades económicas alternativas se regulen de una manera básica y paguen impuestos, pues de lo contrario estaríamos hablando de economía sumergida y no de una sana competición.

¿Cuánto tiempo ha de pasar todavía para vivir la recuperación del mercado español?

Afortunadamente, llevamos todo el ejercicio 2014 observando una recuperación sostenida, aunque leve, del mercado doméstico, y se cumple una vez más la máxima de que el turismo, como bien superior, cae rápidamente cuando cae la economía, pero es también uno de los primeros en repuntar cuando hay una mejora económica. Es innegable admitir que estamos viviendo una incipiente mejora económica en este país.

¿A qué nivel?

En cualquier caso, esta recuperación está aún muy lejos de alcanzar los niveles anteriores a la crisis, y tenemos que seguir afianzándola, manteniendo la confianza en nuestra economía para que siga viniendo el capital extranjero, y aquilatando la renovación de nuestra oferta y la mejora de la calidad, a fin de que, cuando desaparezcan factores exógenos como la primavera árabe, que nos han favorecido, nuestro país siga siendo competitivo y un destino elegido por un mercado más interesante y de mayor poder adquisitivo.

¿Comparte usted la idea de que existe un repunte de la estacionalización del turismo, algo que parecía erradicado en el Mediterráneo español?

Desgraciadamente, la estacionalidad sigue siendo nuestra asignatura pendiente. Este es el gran reto para reinventar nuestra oferta, a fin de poder captar esa demanda de turismo de todo el año con nuevos segmentos y expectativas. La Costa Blanca, con sus famosos micro-climas es un ejemplo de que reunimos todos los ingredientes básicos para hacerlo, y el momento de despegue que atraviesa el turismo de China y los dragones asiáticos deben hacernos pensar en cómo atraer a esa demanda inmensa de turismo a nuestros destinos de costa. Espero que en pocos años nuestros campos de golf, hoteles de relax y wellness, nuestras rutas culturales y de senderismo estén operativas todo el año gracias a esta nueva demanda emergente, y a nuestra capacidad de reinventarnos y atraer a nuevos segmentos de demanda.

¿Sobran plazas hoteleras en España y en concreto en Alicante, donde el Meliá monopoliza, por ejemplo, la ocupación en la capital de la provincia?

Diría que cuando empezó la crisis, en España sobraban muchas plazas hoteleras, especialmente dado el exceso de hoteles abiertos en el marco de la burbuja inmobiliaria, pero esta situación se ha ido ajustando y poco a poco se va ajustando y van entrando cadenas profesionalizadas en la gestión y aportando viabilidad y garantías. El problema fundamental, provocado por una sobre-oferta y unido a la caída de la demanda de negocios y a la crisis en general en España, ha estado en las ciudades de mediano y pequeño tamaño y sobre todo en aquellas que no tienen un componente vacacional, lo cual no es el caso de Alicante y la provincia.

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