Los pensionistas alicantinos lo tienen bastante más complicado que los del resto del país para llegar a fin de mes. Los bajos salarios de la provincia y el hecho de que muchos de ellos hayan pasado buena parte de su vida laboral en la economía sumergida -y que, por tanto, no hayan cotizado durante esos años- provoca que las prestaciones medias que reciben se sitúen 114 euros por debajo de la media nacional. Una diferencia, además, que, lejos de reducirse, incluso se ha incrementado ligeramente durante el último año, de acuerdo con los datos que ayer publicó la Seguridad Social, referentes a este mes de noviembre.

De esta forma, la cuantía media que cobran en la actualidad los pensionistas alicantinos de todo tipo se sitúa en 761,48 euros mensuales frente a los 875,52 euros del conjunto del país o los 806,53 de la media autonómica. La mayor diferencia se produce entre los jubilados, que en la provincia ingresan unos 861 euros frente a la media nacional de 1.006, lo que supone unos 144 euros menos al mes.

En el caso de las pensiones por incapacidad permanente la diferencia es de 111 euros, mientras que el menor desajuste se produce en las pensiones por viudedad -46 euros- y las de orfandad -41,9 euros-, aunque en este caso hay que tener en cuenta el reducido importe de las mismas que, en el caso de las viudas, ni siquiera llega al salario mínimo interprofesional.

Pero, además, la situación no tiene visos de mejorar. Al menos, «mientras no se reduzca el peso actual que tiene la economía irregular en la provincia y no se cambie el modelo productivo para apostar por sectores mejor remunerados, como el industrial», según afirma la secretaria general de CC OO en l'Alacantí y les Marines, Consuelo Navarro. «Va a ser muy difícil porque lo que vemos es que la calidad del empleo cada vez es peor, con más precariedad y más ocupados a tiempo parcial, que implican bases de cotización más bajas, y tampoco se combate el fraude», insiste Navarro.

La evolución del último año parece avalar esta tesis. Lejos de reducirse, en los últimos doce meses la brecha entre los pensionistas alicantinos y los del resto del Estado se ha incrementado ligeramente, al pasar de 111 a 114 euros. No es un gran aumento pero sí una prueba de que el poder adquisitivo de los jubilados de la provincia va a seguir muy por debajo de los de la mayoría de demarcaciones españolas.

Los efectos de la reforma ya se notan

Más allá de las diferencias con la media nacional, los datos que ayer divulgó la Seguridad Social ya empiezan a mostrar los efectos de las reformas que el sistema ha sufrido en los últimos años y que, consecutivamente, han aumentado el número de años que se tienen en cuenta para el cálculo de la prestación y han separado su revalorización del IPC. La principal consecuencia es que la cuantía media de las pensiones ha crecido en 2014 apenas la mitad que en ejercicios anteriores, incluso menos que en aquellos en que estuvieron congeladas por ley. En el caso de Alicante, el incremento ha sido de apenas 11 euros mensuales frente a los más de 20 de 2013 o 2012.

Esto se debe a que en aquellos años el importe de las nuevas prestaciones seguía creciendo, como es lógico, puesto que los sueldos de los que acceden a la jubilación suelen ser mayores que aquellos que tenían los que ya llevan un tiempo retirados. De esta forma, la media subía.

Sin embargo, en la actualidad, con el nuevo método de cálculo, las pensiones iniciales de los que abandonan el mercado de trabajo han dejado de crecer e, incluso, ya empiezan a ser inferiores.

El secretario general de UGT en l'Alacantí y la Marina, Óscar Llopis, recuerda que, cuando se aprobaron las reformas, «ya denunciamos que era una pésima noticia, ya que cargaba sobre los pensionistas gran parte del ajuste del déficit público e iba a significar una reducción de su poder adquisitivo y un incremento de la desigualdad de este colectivo con respecto al resto de ciudadanos».

A este respecto, Llopis asegura que la reforma ha supuesto una auténtica «fábrica de pobreza» que hará bajar las pensiones cuando, según los datos en poder del sindicato, en estos momentos hasta un 40% de los jubilados alicantinos ya cobra menos de 600 euros mensuales y casi el 30% de las viudas no recibe ni 400 euros.

El responsable de UGT también recalca que los pensionistas se han convertido en el único sustento de un gran número de familias en la provincia, ante la imposibilidad de encontrar un empleo.