El Ministerio de Hacienda abrirá una investigación en todas las empresas, no sólo las del Ibex-35, sobre el uso de las tarjetas opacas, mientras se suceden los ceses y dimisiones por parte de los antiguos miembros de la cúpula de Caja Madrid que las utilizaron hasta gastar 15,25 millones en 13 años. Desde que estallara el escándalo el pasado miércoles a raíz del informe de Anticorrupción en el que apreciaba indicios de delito en el uso de estas tarjetas, siete personas que fueron directivos o consejeros de la caja madrileña han dejado de desempeñar sus cargos en las últimas 48 horas.

El grueso de las dimisiones, cinco, se produjeron ayer y, concretamente, las del jefe de gabinete de la secretaría de Estado de Hacienda, José María Buenaventura, que gastó 63.000 euros; el secretario general de UGT-Madrid, José Ricardo Martínez, que cargó 44.000 euros; o el socialista Ángel Gómez del Pulgar, que abandonó la Ejecutiva del PSM tras beneficiarse supuestamente de 149.700 euros son algunos de ellos. También presentó su dimisión el miembro de la Ejecutiva Confederal de CC OO Rodolfo Benito, que supuestamente gastó 140.600 euros, y el gerente de la Empresa Municipal del Suelo y la Vivienda (EMSV) de la localidad madrileña de Boadilla del Monte José Rodríguez, que cargó 37.100 euros. Se suman así a la dimisión presentada el jueves por la presidenta de la Fundación Caja Madrid, Carmen Cafranga, que presuntamente gastó 175.200 euros, y al cese del exdirector general de Economía de la Comunidad de Madrid, Pablo Abejas, que cargó 246.700 euros.

«Al primero que se le revuelve el estómago por las inyecciones de capital de la banca es al ministro de Economía», dijo Luis de Guindos, preguntado por la opinión del Gobierno acerca de que algunos de sus compañeros de partido se vean implicados en el uso de tarjetas «fantasma».