El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha respaldado hoy el proyecto de presupuestos para 2015 y ha considerado "creíble" la previsión de crecimiento del 2 % para el año que viene, un porcentaje que la entidad supervisora cree que ya se va a experimentar en el último trimestre de 2014.

No obstante, se ha alineado con los analistas y agencias que han dicho que "España es el niño bueno de la clase, pero la clase (la eurozona) tiene que ir bien", durante la primera comparecencia -como es tradicional- ante la comisión de Presupuestos, tras la llegada del proyecto de cuentas públicas para 2015 al Congreso.

Por si acaso, Linde ha recomendado un seguimiento "continuo" de la recaudación impositiva el año próximo para poder reaccionar "a tiempo" y que no se produzcan desviaciones respecto a los objetivos de déficit público (4,2 % del PIB), una vez que entre en vigor la reforma fiscal.

Otro de los riesgos que ha admitido es el "peligro" de quedar "anclados en una inflación muy baja", próxima a cero, aunque ha descartado un panorama de deflación (caída continuada de los precios), y ha estimado que a final de año se volverá a tasas reducidas pero positivas.

Linde ha respondido a los diputados que han puesto en duda el cuadro macroeconómico para 2015 que él lo ve "defendible", aunque eso no quiere decir -ha admitido- que esté garantizado su "acierto pleno".

A su juicio estas previsiones "no dan mucho crecimiento" cuando dicen que el PIB se elevará el 2 %, y de hecho ha adelantado que el Banco de España prevé que la tasa de variación interanual del PIB español se aproxime a ese mismo porcentaje en el último trimestre de 2014.

"Pensar que en el año 2015 se mantendrá no parece algo exagerado", ha afirmado, a pesar de que ha asegurado que contemplan algún cambio en este argumento no lo van a ocultar.

Sin embargo ha alertado sobre la situación del entorno exterior, en especial de la zona del euro, y sobre los efectos de la crisis en la situación real y financiera de las familias y empresas, en un contexto "en el que deben proseguir el desendeudamiento privado y la consolidación fiscal".

En cualquier caso, ha incidido en que la mejora de la situación cíclica y la "significativa" reducción de la prima de riesgo y tipos de interés de la deuda pública tienen un efecto positivo "relevante" sobre las cuentas públicas, "que contrasta con la presión negativa que estas variables han jugado en los últimos años".

Otro de los retos al que "se sigue enfrentando la política presupuestaria en España", ha advertido, es la ratio de deuda pública sobre PIB, que continuará la tendencia alcista hasta alcanzar, de acuerdo a la previsión oficial, el 100,3 % del PIB, y cuya reducción gradual debería seguir siendo una prioridad.

En cuanto al déficit público el gobernador ha opinado que dada la mejora de la situación macroeconómica, el esfuerzo fiscal requerido para lograr esa reducción (1,3 puntos frente a 2014) será más moderado que en los años previos.

Sobre el sector exterior, que ha reducido su aportación neta al PIB, ha alertado sobre la necesidad de ampliar la base exportadora y continuar aumentando la presencia de empresas españolas en los mercados con más potencial de crecimiento.

Por otra parte ha considerado una "discusión absurda" el debate de que "ha llegado el momento de subir los salarios", y ha subrayado que dependerá de la situación de cada empresa y sector que se puedan acometer o no tales subidas.

También ha reiterado la advertencia que una eventual Cataluña independiente dejaría de pertenecer a la UE y al euro, y los bancos domiciliados en ella carecerían de acceso al BCE, con lo que ello implica para la seguridad de los depósitos.