El pleno de la Cámara de Comercio de Alicante aprobó ayer por unanimidad la liquidación del ejercicio de 2013, con unas pérdidas que, si bien se rebajaron a la mitad respecto al año pasado, todavía se sitúan en los no nada desdeñables 1,8 millones de euros. De hecho, el año se cerró con 600.000 euros más de pérdidas sobre lo inicialmente presupuestado, algo que, desde la cúpula de la institución cameral, atribuyeron a la caída de ingresos por la vía de las subvenciones, especialmente una del Consell para el ámbito del turismo, y también por programas formativos que, finalmente, han tenido menos aceptación que lo que al principio se había estimado.
A pesar de ello, desde la organización aprovecharon para sacar pecho de la gestión del último año y sostuvieron que esta rebaja en el agujero se debe a la contención en el gasto, sobre todo en lo que a la partida de personal se refiere, ya que gran parte de la plantilla está afectada por un ERTE y la otra parte por una afectada por un ERTE reducción de jornada y salario.
Evidentemente, estos resultados han tenido incidencia en los fondos propios, aunque, aún así, siguen siendo positivos, y se han quedado en los 20 millones de euros, frente a los 21,9 millones con los que acabó 2012, algo que ha hecho que, pese a las pérdidas, no se juzgue la situación tan duramente entre los asociados, frente a lo que ocurre en otras organizaciones, como Coepa.
En cualquier caso, las pérdidas con las que se cerró el año 2013 fueron las que volvieron a dar pie un año más al presidente de Cepyme, Cristóbal Navarro, para que acabara pidiendo la dimisión del gerente de la Cámara de Comercio, Carlos Mazón, por los resultados negativos y por su «incapacidad» en la gestión. Sin embargo, lo cierto es que, finalmente, tanto este punto como el resto de los que se incluyeron en el orden del día salieron adelante por unanimidad, según subrayaron desde la propia entidad.
Precisamente esta petición de Navarro acabó provocando un pequeño rifirrafe con Fernando Casado, de la Asociación de Empresarios de Ibi (Ibiae). Y es que, poco después la demanda del presidente de las pymes, Casado tomó la palabra para expresar todo lo contrario: que felicitaba a la cúpula de la Cámara por su gestión, e incluso cuestionaba que algunos trataran de tirar por tierra el trabajo de los órganos de dirección. Ante ello, Cristóbal Navarro le vino a decir que estaba pagando la cuota máxima por sus cinco empresas, y le preguntó que cuánto pagaba Casado, que respondió que nada. Ahí parece que quedó el enfrentamiento dialéctico.
La polémica, en cualquier caso, cobraba más sentido si cabe, teniendo en cuenta que el propio presidente de la Cámara, José Enrique Garrigós, incidió en la importancia de que los empresarios pagaran las cuotas, y, además, hizo hincapié en que, con la nueva ley autonómica de Cámaras que se prepara tendrán más peso en el pleno los socios que más paguen. De hecho, desde la organización tampoco dejaron pasar la oportunidad para volver a cargar contra el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, por haber eliminado el recurso cameral permanente. «Desde entonces, las Cámaras han trabajado sin un marco legal y financiero estable en un proceso que se espera finalice en el primer trimestre de 2015, una vez que las Cortes valencianas aprueben la ley autonómica de Cámaras», apuntaron desde la institución. Dejaban así claro que, aunque es un borrador y está a expensas de las alegaciones, ese nuevo marco regulatorio no se ve con malos ojos.
