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Dos veces absuelto por la justicia

El banquero fue investigado por los fondos de su familia en Suiza y las indemnizaciones de varios ejecutivos

Dos veces absuelto por la justicia

El presidente del Santander tuvo que afrontar a lo largo de su carrera sendas investigaciones judiciales, por las indemnizaciones pagadas a algunos directivos y por la fortuna que su familia guarda en Suiza, de las que resultó absuelto. En ambas ocasiones, fue la Audiencia Nacional la responsable de tomar la decisión.

En el primer caso, varios accionistas minoritarios del banco acusaron a Emilio Botín de apropiación indebida y administración desleal por las millonarias indemnizaciones que se pagaron a José María Amusátegui (copresidente de la entidad durante dos años tras la fusión con el Central Hispano) y Ángel Corcóstegui, que ocupó la vicepresidencia en la misma época. El primero se embolsó 47,75 millones y el segundo, 108 millones.

Los denunciantes aseguraban que estas compensaciones, pactadas en el acuerdo de fusión de ambas entidades, no fueron debidamente comunicadas, lo que supuso un claro perjuicio para los accionistas del Santander. Sin embargo, el fiscal consideraba que no existía delito alguno y que las indemnizaciones eran legales. La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional dio la razón al Ministerio Público y, por unanimidad, absolvió a Botín y al resto de los acusados.

Regularización en Hacienda

En el segundo caso ni siquiera llegó a celebrarse el juicio ya que el juez Fernando Andreu decidió archivar la causa antes. En esta ocasión la denunciante fue la Agencia Tributaria, que fue advertida por el Gobierno francés en mayo de 2010 de que doce miembros de la familia Botín -entre ellos, el patriarca y sus cinco hijos- tenían fondos en el banco suizo HSBC, de acuerdo con la información proporcionada por un exempleado del banco.

Sin embargo, a petición de Hacienda, los doce miembros de la familia Botín presentaron declaraciones complementarias de los ejercicios 2005 a 2009 con las rentas de las que eran titulares. En total, llegaron a pagar unos 200 millones de euros. El juez consideró que dicha regularización se realizó antes de que la Agencia Tributaria iniciara su expediente sancionador, por lo que no existía delito.

El origen de los fondos es una herencia familiar dejada en Suiza por el padre de Botín, quien huyó a este país durante la Guerra Civil española, cuando también fue cesado de sus cargos en la entidad hasta el fin del conflicto.

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