Los españoles jugaron el año pasado algo más de 28.000 millones de euros. La cifra es ligeramente superior a la del ejercicio de 2012, concretamente del 6,32 %. El crecimiento estuvo marcado por la irrupción del mercando «online» sin el cual los resultado mostrarían descensos, un fenómeno que también se repitió en el período anterior. El juego por internet aglutina ya el 20,21% de volumen total de dinero que mueve el sector, con 5.680 millones de euros jugados, según la memoria anual publicada recientemente por la Dirección General de Ordenación del Juego. La nueva regulación del negocio de las apuestas deportivas digitales y las modalidades no presenciales (como el póquer o casinos virtuales) han i-nundado el mercado y también los canales publicitarios de radio y televisión, que dan a conocer a los nuevos actores con ambiciosas campañas de mercadotecnia.

Hay empresas que patrocinan las equipaciones de equipos de fútbol de primer nivel y otras que copan las parrillas de publicidad de los canales de televisión en cuanto se supera el horario infantil. Es casi imposible escuchar un partido de fútbol en la radio sin ser invitado de forma permanente a apostar por los resultados.

Pero mientras el juego presencial tradicional despejaba las dudas éticas sobre su actividad compensando a las arcas públicas con ingentes tributos, el juego «online» apenas ha contribuido con Hacienda.

La razón hay que buscarla en su sistema de reparto de premios. Sin apenas personal, ni sedes físicas, ni infraestructura productiva, las empresas de internet destinaron en 2013 el 95% de la recaudación a repartir premios. Si a esto se le suma la publicidad realizada el resultado es que los márgenes apenas dejaron unos 75 millones en impuestos (de estos, unos cinco millones en la Comunidad Valenciana), según cálculos realizados por Miguel Mazón, especialista en el mercado y la regulación del juego.

«Cuando se legalizó el juego se planteó una alta intervención pública y una fiscalidad fuerte, con regulación de la publicidad para evitar efectos no deseados como ludopatías y prevenir actividades ilegales. Internet lo ha cambiado todo. Ahora hay una dirección general tutelada por las grandes multinacionales que fomenta una fiscalidad baja para un segmento que no genera empleo, ni ingresos ni PIB», señala.

No en balde, las empresas de juego por internet (con el póquer y las apuestas como modalidades estrella) mantienen una agresiva política de captación de clientes devolviendo muchas cantidades en premios. El año pasado, apenas registraron un margen de 279,04 millones, el 4,9% de los 5.680 millones jugados. Pero mientras las cantidades jugadas crecían, los nuevos jugadores registrados bajaron. Según Mazón, lo que está ocurriendo es que el juego «online» está comenzando a crear público muy fiel que cada vez juega más dinero, con los riesgos que esto implica de problemas de ludopatía.