El sector pesquero de la provincia de Alicante ve con «mucha preocupación las pérdidas económicas» que puede generar el nuevo sistema de «descartes» de la Política Pesquera Común (PPC) que empezará a aplicarse a partir de 2015, según apuntó el presidente provincial de Cofradías de Pescadores, presidente de la Interfederal Valenciana y patrón mayor de la Cofradía de Villajoyosa, José Ignacio Llorca.

El patrón mayor alicantino ha señalado que con la nueva PPC «los pescadores están obligados a llevar a tierra el descarte», una medida que ha considerado que puede suponer «graves inconvenientes y pérdidas económicas». El «descarte» es la práctica de devolver al mar las capturas no deseadas, vivas o no, por no alcanzar la talla, porque el pescador no dispone de cuota o por determinadas normas de composición de las capturas.

De ese modo, Llorca explicó que si un barco, «especialmente los pequeños», sale a faenar y «tiene la mala suerte de capturar sobre todo descarte» tendrá que regresar a puerto «por la falta de espacio para el almacenamiento», lo que le supondrá «perder la jornada de trabajo».

La medida comenzará a aplicarse a partir de 2015 a las embarcaciones de cerco, y paulatinamente se irá ampliando a todas, concluyendo en 2017 con las de arrastre.

Según el acuerdo europeo el «descarte» se comprará en tierra para transformarlo en harinas y otros productos. La medida «obligará a hacer una fuerte inversión en todos los puertos» señaló Llorca, que ha añadido que habrá que instalar contenedores para mantener con frío el producto «con el consiguiente gasto de electricidad» y cuando «presumiblemente quieren pagar a un céntimo el kilo».

Además, el patrón mayor hizo hincapié en que «al llevar el descarte a tierra, en lugar de arrojarlo al mar como ha hecho siempre, estamos rompiendo la cadena trófica. ¿Qué harán las gaviotas? Se trata de un ave muy voraz que se alimenta de descartes».

Recuperación del empleo

Sobre la situación del sector pesquero en la provincia, Llorca detalló que el año pasado daba empleo directo a 999 pescadores. Sin embargo, la situación económica ha llevado «a mucha gente» a buscar un empleo en los barcos de pesca frente a los años «del boom inmobiliario» cuando «tuvimos que enviar cartas a la Embajada de Perú para que nos enviaran pescadores».

Las cifras revelan datos como que en el bienio 2007-2008 «sólo se gestionó una libreta de embarque», mientras que ahora la situación se ha revertido, según ha manifestado el patrón mayor: «tenemos lista de espera para embarcar y otra vez hay demanda para los cursos de formación obligatorios». Respecto al perfil de los nuevos demandantes señaló que «hay gente de sobra, pero joven, muy poca».