Vissum tendrá que salir de nuevo a subasta después de que la vencedora en la primera puja, la escocesa Optical Express, haya renunciado a continuar con la operación al no llegar a un acuerdo sobre el alquiler con la propietaria de los edificios en los que se ubican las clínicas, Clinvers Corporación, la sociedad patrimonial del también fundador de la cadena, Jorge Alió. Según las fuentes consultadas, Clinvers exigía que la adjudicataria se hiciera cargo de las rentas atrasadas, unos dos millones de euros, para llegar a un acuerdo general sobre la cuestión, tal y como exigía el juez. Sin embargo, la firma con sede en Glasgow consideraba que esta cantidad hubiera supuesto elevar en más de un 60% la oferta que realizó por la compañía, de tres millones de euros.

Tras más de dos meses de tira y afloja entre ambas partes desde que se produjo la adjudicación, el pasado 27 de mayo, finalmente la escocesa comunicó este martes al juzgado que renunciaba a la misma. Y lo hizo, también, después de que el titular del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Alicante hubiera convocado de forma cautelar una nueva reunión con todos los postores a modo de ultimátum para tratar de forzar un pacto, tal y como avanzó este diario la semana pasada.

Ante el rechazo de Optical Express, la reunión, celebrada ayer, sirvió para declarar la nulidad de la primera subasta y fijar la fecha de la nueva cita, que será el próximo 28 de agosto. El juez ha decidido suspender así sus vacaciones para evitar que el procedimiento se eternice y siga desgastando la imagen de Vissum, que ya lleva en concurso de acreedores casi dos años, desde octubre de 2012. Tanto desde el juzgado, como desde la administración concursal insistieron en que, a pesar del contratiempo, la continuidad de Vissum está garantizada y que las clínicas siguen desarrollando su actividad con total normalidad.

Nuevas condiciones

El encuentro también sirvió para aclarar algunas de las condiciones de la subasta, entre las que está la exigencia de llegar a un acuerdo sobre los alquileres. Según las fuentes consultadas, la decisión trataría de compensar a Clinvers por el esfuerzo que ha realizado en los últimos años, ya que el hecho de no abonar los arrendamientos es uno de los factores que habría permitido que las clínicas siguieran trabajando.

No obstante, Optical Express no es el único postor que no está de acuerdo con la citada condición, también la consultora Atalanta Finvesta dejó claro su rechazo tajante a la obligación de pagar los alquileres atrasados. «No formaba parte de las condiciones iniciales y creemos que es una decisión que sólo sirve para beneficiar al doctor Alió, al que se le da prioridad sobre otros acreedores», aseguró el portavoz de la firma, Jesús Serna, quien anunció que estudiarán posibles actuaciones legales cuando conozcan el informe definitivo del administrador concursal con las nuevas condiciones de la subasta.

El tercer postor, el Grupo Arpada, que concurría al proceso a través de su filial Urtinsa, rechazó realizar comentarios, al igual que el propio Alió y el resto de portavoces de Vissum. Ninguno de los tres postores iniciales ha aclarado tampoco si volverá a presentarse al proceso, que también estará abierto a nuevos participantes.

Eso sí, para evitar que la situación se repita, el juez Salvador Calero ha dejado claro que las nuevas bases también incluirán que el nuevo adjudicatario se hará cargo inmediatamente de las clínicas al día siguiente de la subasta. Es decir, el 29 de agosto.

Deuda de 40 millones

Vissum, en la que Bankia también tiene una participación del 25%, entró en concurso de acreedores en octubre de 2012 al no poder hacer frente a la abultada deuda de 40 millones de euros que arrastraba fruto de sus planes de expansión. En la última década, la compañía alicantina había emprendido un ambicioso proyecto que le llevó a tener hasta 24 clínicas por todo el país. El problema fue que la crisis económica, que provocó una fuerte caída del negocio, llegó antes de que la mayoría de estos centros empezaran a ser rentables.

Un año después de solicitar la suspensión de pagos, el administrador concursal decidió pedir la liquidación de la compañía y la venta de las clínicas a un nuevo propietario ante la imposibilidad de satisfacer la deuda o de encontrar un inversor dispuesto a asumirla. De hecho, los responsables de Vissum habían estado negociando anteriormente con varios de los postores que finalmente concurrieron a la subasta judicial y que prefirieron esperar para quedarse la firma libre de cargas.