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Un espaldarazo para las acusaciones a cuenta de Sogorb

Los testigos citados por la defensa del exdirector de la CAM junto a los llamados por el fiscal afianzan las imputaciones

Únicamente cuatro de los trece testigos que en estas dos últimas semanas han comparecido ante el magistrado de la Audiencia Nacional que instruye los procesos por al gestión de la CAM habían sido llamados por la acusación, la pública en este caso, pero los efectos de estas comparecencias para los todos los imputados han sido demoledores.

En un intento poco afortunado de minimizar su responsablidad en los hechos que se le imputan (fundamentalmente el falseo de las cuentas) el exdirector de Planificación de la caja Teófilo Sogorb elaboró un listado de testigos al que su abogado dio luz verde. Unos testimonios que, de hecho y pese a partir la iniciativa de quien partió, han supuesto un inesperado y valioso regalo para las acusaciones ante el asombro de las defensas del resto de los imputados, y es posible que hasta de la del propio Sogorb, que no daban crédito al harakiri a la que estaban asistiendo sin poder hacer nada para detener la sangría.

Difícil era pensar que quien fuera responsable del Banco Base, el hoy presidente de Liberbank, Manuel Menéndez, o su mano derecha entones y ahora, Jesús Ruano, iban a romper a una lanza a favor de uno de los miembros del equipo que les intentó embarcar, con engaños y/o omisiones, en un proyecto que habría sido el principio del fin de todos los socios. O que el FROB, de quien precisamente partieron las querellas que ahora se están instruyendo en la Audiencia Nacional, iba a echarle una mano en su legítimo pero torpe intento de rebajar su actuación en unos hechos que se acabarán viendo en un juicio. O que lo haría el inspector del Banco de España que más debe conocer de las entrañas de la caja.

Pero, en cualquier caso, jugar a la ruleta rusa en la fase de instrucción, donde lo más aconsejable es tener las cartas a buen recaudo para no dar pistas al contario, en vez de reservarlas para la vista oral, sólo puede conducir al callejón sin salida en que se ha acabado encontrado Sogorb y que le ha obligado a renunciar a cuatro de los testimonios propuestos para evitar que las cosas fueran, si cabía, a peor. Y aunque las defensas de los otros imputados han intentado aparentar que la jugada no iba con ellos, sus caras hablaban por sí solas

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