La inversión extranjera directa llegó en España en 2013 a los 21.897 millones de euros, un 13% que en 2012. Tanto es así que España es a día de hoy el decimocuarto país del mundo en lo que a recepción de flujo de inversión extranjera directa se refiere, con un 2,7% del total del mundo. De esa inyección de capital extranjero, la Comunidad Valenciana captó 166 millones de euros en 2013, el 1,1% del total nacional, por detrás de Madrid, Cataluña, País Vasco y Aragón. El sector servicios, como no podía ser de otro modo, fue el principal receptor, con cerca de tres cuartas partes de la inversión que llegó a la Comunidad, y la tercera parte de ese capital vino de Alemania.

Éstos son sólo algunos de los datos que se desprenden del informe «Factores de atracción de inversión extranjera en la Comunidad Valenciana», elaborado por el Consejo General de Cámaras de la Comunidad Valenciana, en colaboración con el Cuerpo Consular acreditado en Valencia, que ayer se presentó en la capital del Turia. Sin embargo, estas inversiones no son suficientes. Por eso, ese documento, reivindicativo, muy reivindicativo, apela a la rebaja de los costes energéticos, la reducción de la burocracia, la mejora de las infraestructuras, pero también por la armonización fiscal, la flexibilidad laboral o las mejoras en el aprendizaje de los idiomas, para conseguirlo.

De entrada, el documento incide en que las empresas extranjeras contribuyen al desarrollo de sectores clave de la economía, como la industria manufacturera, el turismo, el comercio y el sector servicios en general. De hecho, el escrito apostilla que el 20% del empleo industrial y el 37% del negocio de la industria responde a empresas con participación extranjera, y el 40% de las ventas que se hacen desde España a terceros países las realizan las propias compañías extranjeras o sus filiales. Así las cosas, la memoria reivindica una nueva estrategia de reindustrialización para la Comunidad. Sin embargo, desde el Consejo de Cámaras, no se quedan ahí. También alertan de que las firmas de fuera contribuyen a la internacionalización y son el motor del I+D+i, introducen nuevas formas de gestión empresarial y del capital humano, tienen un gran potencial de creación de empleo, y refuerzan la imagen exterior de un territorio y su marca.

Con estos puntos de partida, el informe se muestra muy tajante, y aboga por mejorar y extender el aprendizaje de idiomas entre la población, a través de la educación básica y profesional, en la formación superior introduciendo el inglés como lengua vehicular en carreras como ADE o en determinadas ingenierías, y mejorando la calidad en los centros de negocios.

Paralelamente, la memoria avisa de que es necesario reducir los gastos energéticos. No en vano, las cámaras puntualizan que el coste de la electricidad aparece por primera vez como la principal debilidad, seguida de los que genera la banda ancha, la gasolina y el teléfono, según el Barómetro del Clima de Negocios en España de IESE-Investinspain. A ello, se suman las reivindicaciones de conexiones de las redes eléctricas de gas con Europa, de diversificación de las fuentes de energía, y de introducir más competencia entre empresas eléctricas y abrir el mercado a la competencia internacional.

Tampoco pasan de puntillas por todo lo relacionado con las infraestructuras de comunicación y transporte para empresas, hasta el extremo que exigen más calidad y mayor penetración de la banda ancha, que realmente se desarrolle el Corredor Mediterráneo, espacios industriales y nodos logísticos conectados con redes de transporte, que sea una realidad la competencia entre los operadores de transporte ferroviario, mejor conectividad con los aeropuertos de la Comunidad, y más centros de negocios, en los que se potencien el coworking y los viveros para empresas y profesionales extranjeros.

Tampoco escatiman en demandas por lo que hace a la burocracia. Así, se muestran partidarios de mejorar el funcionamiento de los juzgados de lo mercantil, extender el uso del arbitraje internacional, desarrollar la Ley de Unidad de Mercado, eliminar trámites administrativos innecesarios, ampliar la ventanilla única y la tramitación online de licencias y permisos, crear un portal web en distintos idiomas para que los inversores extranjeros sepan los pasos a seguir para implantarse aquí, agilizar la gestión de visados y permisos, o más protección para la propiedad intelectual.

Finalmente, desde el Consejo General de Cámaras, creen que es imprescindible facilitar la flexibilidad laboral, especialmente en cuanto a horarios y movilidad geográfica, así como poner en marcha nuevos instrumentos públicos para atraer y fidelizar inversiones extranjeras en la Comunidad Valenciana.