Al mismo tiempo que algunos indicadores como la creación de nuevas empresas o las afiliaciones a la Seguridad Social parecen situar a la provincia a la cabeza de la recuperación económica, hay otras muchas señales que alertan de que Alicante también está liderando el aumento de la pobreza en la Comunidad Valenciana. Una aparente paradoja que en realidad esconde el enorme aumento de la desigualdad que ha dejado la crisis y que ayer denunció el sindicato CC OO en un informe en el que se refleja el cada vez mayor número de familias que carece de cualquier tipo de ingresos o el descenso de la cobertura que reciben del Estado los desempleados, entre otras cuestiones.

«Cada día es más amplio el espectro de pobreza de nuestras ciudades que se visibiliza en menores que no hacen ninguna comida decente al día, el impago de hipotecas o las personas que rebuscan en los contenedores», asegura el autor del documento, el responsable de Empleo del sindicato en l'Alacantí y les Marines, José María Ruiz Olmos.

En este sentido, Ruiz Olmos recuerda que el número de hogares de la provincia en los que no entra ningún ingreso en todo el mes alcanza ya los 53.500, según la última Encuesta de Población Activa, lo que supone12.900 familias más en esta situación que hace un año. En comparación, en Valencia los hogares sin ingresos sólo aumentaron en 8.400 durante el mismo periodo, a pesar de que la provincia vecina tiene un 30% más de población, mientras que en Castellón se redujeron, al pasar del 18.600 a 17.200.

A esta circunstancia se une el hecho de que más de la mitad de los hogares en esta situación está formado por una sola persona, lo que incrementa el riesgo de exclusión social.

Problemas para los parados

En buena medida este aumento de las familias sin recursos ha discurrido en paralelo a la caída del número de desempleados que cobran algún tipo de prestación o subsidio. Si al inicio de la crisis la denominada tasa de cobertura -el número de desempleados que recibe ayudas sobre el total- rondaba el 70%, en la actualidad tan sólo el 46,99% de los inscritos en las oficinas del Servef tiene esta suerte. Son casi cinco puntos menos que en Valencia y siete menos que en Castellón.

Pero si la comparativa se realiza teniendo en cuenta el número de parados que determina la EPA y no sólo los que están registrados en el servicio público de empleo, lo cierto es que apenas el 38,6% tiene algún tipo de ayudas, según denuncia CC OO. «Esta situación está relacionada, entre otras cuestiones, con la economía sumergida y el fraude a la Seguridad Social que hace que una parte de las personas en desempleo no accedan a prestación o lo hagan por una cantidad o tiempo inferior al que les correspondería», señala el informe, poniendo de relieve una vez más el que se ha convertido en el principal caballo de batalla de los sindicatos en esta recuperación.

A este hecho hay que sumar que los jubilados, que se han convertido en el verdadero sustento de muchas familias, también sufren en sus carnes los efectos de esa economía sumergida y de la falta de cotización con las pensiones más bajas de toda la Comunidad. Así, los pensionistas alicantinos cobran de media sólo 757 euros al mes frente a los 834 de los valencianos. En conclusión, según José María Ruiz Olmos, que «el deterioro de la calidad de vida de las personas en Alicante crece sin que parezca interesar a los responsables políticos» que, por el contrario, agravan la situación con los impagos de las administraciones.