El Sabadell no está dispuesto a ceder sin más y ya prepara un recurso contra la decisión del juez Javier Gómez Bermúdez de citarle como responsable civil subsidiario en la pieza que instruye por la emisión y venta de las cuotas participativas de la CAM, los polémicos títulos similares a las acciones que lanzó la entidad en julio de 2008 y que perdieron todo su valor, atrapando a más de 50.000 pequeños ahorradores, tras la intervención de la misma y el afloramiento de sus pérdidas millonarias.
El grupo catalán entiende que estos títulos nunca formaron parte del negocio financiero que se le adjudicó por parte del Banco de España y que, por el contrario, eran parte del capital y del patrimonio que se quedó en la caja de ahorros, como prueba el hecho de que fuera la gestora encargada de transformar la antigua Obra Social de la CAM en una nueva fundación la que amortizó definitivamente las cuotas el pasado mes de marzo.
Por eso, según fuentes del caso, sus responsables consideran injusto que ahora se les quiera hacer pagar por este fiasco y los servicios jurídicos del Sabadell ya están redactando un escrito de alegaciones con la intención de presentar un recurso de reforma para que el juez rectifique su auto. En caso de que Gómez Bermúdez rechace la solicitud, el banco podría recurrir de nuevo en apelación ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
Comercializó los títulos
El juez decidió llamar al banco catalán como responsable subsidiario en un auto dictado el pasado viernes, atendiendo a la petición del representante de la Fundación CAM, Carlos Gómez-Jara, al entender que «fue el negocio financiero que compró Banco Sabadell el que llevó a cabo la comercialización de las cuotas participativas y obtuvo los beneficios de la misma». El escrito señala, además, que se hace para evitar la posible «indefensión» del Sabadell en caso de que haya una sentencia que obligue a la entidad a indemnizar a los afectados.
Al respecto, el letrado señalaba en su solicitud que el motivo por el que las cuotas se mantuvieron en la CAM junto con la Obra Social y no se traspasaron al Sabadell fue una «mera formalía» -las cuotas fueron diseñadas específicamente para financiar a las cajas de ahorros y legalmente no pueden formar parte del capital de un banco- pero que en la realidad «están vinculadas materialmente en su valor al negocio financiero».
Igualmente, recuerda que el informe pericial elaborado a instancias de la Fiscalía Anticorrupción no ve indicios sólidos de que se hubieran manipulado las cuentas de los años 2007 y 2008, lo que habría afectado a la emisión de los títulos, y que, por el contrario, sí considera que se produjo una manipulación de las cuentas en los años 2009 y 2010 lo que afectó al valor de las cuotas durante esos años y, por tanto, a quienes las compraron en ese periodo, que habrían pagado de más.
Los antiguos responsables de la CAM lanzaron las cuotas en julio de 2008 en un intento de reforzar su balance cuando ya había estallado la burbuja inmobiliaria y se intuían los problemas que iban a arrasar el sector financiero español. Con esta operación lograron captar más de 290 millones de euros. El último consejo antes de la intervención trató de amortizar las cuotas a 4,74 euros pero el FROB anuló la decisión. La necesidad de enjugar las pérdidas que afloraron después provocó que su valor contable quedara a cero y, tras más de dos años y medio en el limbo, la gestora de la Fundación CAM las amortizó el pasado marzo.
