Públicamente son muchos los que prefieren guardar silencio. Otra cosa es lo que se comenta de puertas para adentro. Y es que entre determinados sectores empresariales empiezan a molestar mucho las «formas» que utilizan en uno y otro bando, con un enfrentamiento constante que consideran que, al final, no hace más que perjudicar a la institución. «Esto es algo personal entre unos y otros, y ya está. No hay nada más», comenta un industrial bastante decepcionado.
Pocos son los que ven con buenos ojos las amenazas de judicializar Coepa que utiliza Cristóbal Navarro o sus alusiones constantes a la liquidación de la organización. Sin embargo, no se miran con mejores ojos algunos gestos del sector más cercano a Moisés Jiménez, con el rechazo sistemático a cualquier petición de los críticos de ver las cuentas o, sin ir más lejos, de participar en la comisión encargada de reformar el proceso de reforma estatutaria.