«El mayor proyecto de inversión en el Caribe mexicano». Así como a día de hoy todavía define la web del grupo Grand Coral la macrourbanización que promueve en la Riviera Maya sobre una extensión de 227 hectáreas de terreno frente al mar y donde, originariamente, se pretendían construir cerca de 7.000 viviendas. Sólo es una de ellas, el grupo impulsado por Juan Ferri y José Baldó junto a Bancaja también tiene dos desarrollos en Cancún -la torre Emerald y Miramar- y otros dos en la zona de Los Cabos, en Baja California, la misma donde la CAM fracasó en sus planes para desarrollar millones de metros cuadrados junto a Hansa Urbana.
En este caso, la iniciativa se puso en marcha un año después que Valfensal, en 2005 y en el proyecto también participan otras empresas como Urbanika, una «joint venture» de Bancaja junto al no menos polémico Enrique Ortiz. Sus primeros pasos fueron la adquisición de los terrenos en Cancún, donde pronto levantaron la citada torre Emerald, que en el año 2008 inauguró a bombo y platillo el entonces presidente de la caja y expresidente de la Generalitat, José Luis Olivas. Más tarde compraron los terrenos de la finca Moxche, donde se desarrolla Grand Coral Riviera Maya, y, por último, se realizaron las inversiones en Los Cabos, donde se adquirió unos terrenos urbanizables en Zacatón y otros rústicos en el paraje de Piedra Bolas.
Para ello Bancaja aportó 437 millones en créditos de los que se han devuelto unos 98 millones. La heredera de la caja valenciana, Bankia, se ha visto obligada a provisionar el resto al haber registro un impago a pesar de las reestructuraciones de la deuda que se hicieron en años anteriores.
