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Experimentos con incentivo

La UA dispone de un laboratorio para investigar el modo en que se comportan consumidores y empresas con casos reales, y en los que los participantes cobran

Una prueba que se realizó en el laboratorio hace unos días ISABEL RAMÓN

¿Qué factores fomentan la iniciativa emprendedora? ¿Cuándo es sostenible la cooperación entre personas? ¿Qué aspectos psicológicos explican la inestabilidad en los mercados financieros? ¿Quién arriesga más a la hora de invertir, los hombres o las mujeres? Éstas son sólo algunas de las preguntas a las que podría responder perfectamente cualquiera de los experimentos que cada año se realizan en el Laboratorio de Economía Teórica y Experimental de la Universidad de Alicante. Los ensayos se hacen en función de los temas que estén analizando los investigadores en ese momento.

No hay microscopios ni cualquier otro de los artilugios que se pueden encontrar en un laboratorio al uso de la Facultad de Ciencias, pero sus investigadores defienden la fiabilidad de los resultados. Para ello, las pruebas se realizan frente a un ordenador y prácticamente se siguen métodos muy similares a los que se utilizan en psicología, aunque con la salvedad de que aquí se utilizan incentivos económicos para conseguir que la persona se pueda poner más en el papel y, llegado el caso, experimente en su piel el riesgo.

Las pruebas pueden durar entre los veinte minutos y las dos horas, y los participantes llegan a ganar entre 5 y 30 euros de media, en función del tipo de experimento e incluso del resultado de la persona que toma parte en el ensayo. De hecho, como apuntan los profesores Carlos Cuevas, Marcello Sartarelli e Iñigo Iturbe, hay una cantidad fija y otra variable dependiendo del resultado final de cada uno, y las cantidades se abonan prácticamente en el acto.

Por ahora, disponen de una base de datos que roza los dos millares de personas, fundamentalmente estudiantes de la UA, pero también profesionales ajenos al campus. A partir de ahí, y en función de la prueba de la que se trate, seleccionan a los participantes, que pueden ir desde los 50 a los 300. Los profesores admiten que este repunte de inscritos no responde a la crisis. «Se le está dando más difusión al laboratorio, y eso hace que sean más los que vengan. Otra cosa es que con la crisis sí ha cambiado el perfil de los participantes, porque hay estudiantes que ya no pueden venir a la Universidad, por falta de recursos y eso hace que varíe el perfil de los participantes», precisan los docentes.

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