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La plantilla de Alcoa sólo negociará si hay garantías de que el ajuste será temporal

Los sindicatos supeditan cualquier pacto a la firma de un nuevo convenio colectivo de dos años que asegure las condiciones de los trabajadores incluso si la factoría al final acaba vendiéndose

La plantilla de Alcoa sólo negociará si hay garantías de que el ajuste será temporal

Los trabajadores de Alcoa no están dispuestos a aceptar ningún posible recorte en sus condiciones laborales este año si no hay garantías de que recuperarán el poder adquisitivo en 2015 aunque la planta se acabe vendiendo, tal y como es la intención de la multinacional norteamericana. Por eso, ayer le dejaron claro a la compañía que no se volverán a sentar a la mesa si no es para negociar un nuevo convenio colectivo válido para los próximos dos años frente al acuerdo social limitado que propone la dirección y con el que quiere recortar un 19% los costes salariales de este ejercicio para evitar pérdidas.

Además, los representantes de la plantilla también anunciaron que convocarán huelgas parciales a partir de la próxima semana si la empresa no atiende sus exigencias. Por lo pronto, ayer ya protagonizaron las primeras concentraciones durante la hora del bocadillo con un seguimiento masivo, según fuentes del comité de empresa.

La dirección y los sindicatos de Alcoa celebraron ayer un nuevo encuentro después de que la multinacional anunciara la semana pasada su intención de aprobar un nuevo ERE temporal en la planta alicantina -que supondría dejar de trabajar 89 días durante los próximos 12 meses- y de ahorrar otro 19% adicional en los costes laborales de la planta. Unas medidas que justificó por la reducción de los ingresos que ha sufrido la fábrica al caer los pedidos de los productos de gama más alta pero que la plantilla cree que está más relacionada con hacer las instalaciones más atractiva para su venta, dentro del proceso que la multinacional inició en septiembre del año pasado y que todavía no ha dado resultado.

Durante la reunión, los ejecutivos detallaron que el ajuste se realizaría mediante una rebaja del 10% en los salarios con carácter retroactivo desde enero, la reducción a la mitad de la prima por productividad y de la aportación al plan de pensiones, y la supresión de los premios de vinculación. Y, como concesión ante las protestas de los representantes de la plantilla, ofrecieron recuperar parte del salario perdido si la fábrica finalmente consigue beneficios. También aceptaron prorrogar el convenio actual -que caduca en octubre- hasta final de 2015.

Sin embargo, para el comité de empresa no son garantías suficientes de que los ajustes serán temporales y de que, si la venta de la planta fructifica, el nuevo dueño respetará el acuerdo. Por eso exigen que cualquier posible pacto se plasme en un nuevo convenio colectivo de un mínimo de dos años de duración en el que se refleje la forma en que se recuperará el poder adquisitivo y los derechos cedidos. Igualmente, las fuentes consultadas señalaron que «en ningún caso» están dispuestos a aceptar un recorte salarial de las dimensiones que plantea la multinacional.

La reunión finalizó con la petición de los representantes de Alcoa de un plazo de 48 horas para analizar las exigencias de los sindicatos.

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