Alrededor de una decena de antiguos trabajadores de la planta de Coca-Cola en Alicante se incorporaron ayer a la factoría que la embotelladora tiene en Quart de Poblet, en Valencia, cumpliendo así con los estipulado en el ERE que puso en marcha la compañía y que ha supuesto el cierre de las líneas de producción que tenía en la provincia. Se trata de una primera avanzadilla compuesta por aquellos empleados que no tienen hijos en edad escolar, mientras que el resto -medio centenar de trabajadores, aproximadamente- deberá presentarse en su nuevo puesto el próximo 1 de julio, una vez finalizado el curso, según confirmó a este diario el presidente del comité de empresa, José Vicente Salinas.

Para facilitar la adaptación, la compañía puso a disposición de los afectados hace unas semanas los servicios de dos firmas especializadas para ayudarles a encontrar casa en la zona, para lo que también disponen de una ayuda mensual de 500 euros. La mayoría ha optado por el alquiler, pendientes también del recurso que han presentado ante la Audiencia Nacional contra el ERE. La incorporación de los desplazados coincidió con una jornada de protesta de los trabajadores de la compañía en todo el continente contra el cierre de fábricas que se está produciendo. En Alicante los trabajadores se concentraron ante la estación de Renfe.