El sector exportador alicantino tendrá que sortear un nuevo obstáculo si quiere seguir con su actual buena racha: la nueva tasa que el Gobierno francés quiere imponer a los camiones extranjeros que atraviesen su territorio. Aunque otros países, como Inglaterra, Bélgica o Alemania ya aplican un peaje similar, el caso de Francia tendría un impacto especialmente significativo ya que prácticamente todas las exportaciones alicantinas con destino a Europa -el 70% del total- se realizan por carretera y pasan obligatoriamente por las carreteras galas.

En otras palabras, esto significa que los productos de la provincia resultarán más caros en muchos de nuestros principales destinos, lo que supondrá una merma de su competitividad, o que los empresarios tendrán que asumir un nuevo recorte en sus márgenes. Para el sector del transporte la noticia es especialmente negativas, según explica el secretario general de la patronal Fetrama, Francisco Ortiz, ya que la exportación era el único segmento que estaba creciendo en el negocio después de seis años de dura crisis y ahora resultará mucho menos rentable.

«Para nosotros va a suponer un nuevo hachazo justo cuando las cosas empezaban a mejorar y se había detenido la sangría del cierre de empresas», aseguró ayer Ortiz. Pero además, el hecho de que la nueva tasa se imponga sólo a los transportistas extranjeros, tal y como esta misma semana señaló la nueva ministra de Ecología gala, Ségolène Royal, supone una doble afrenta. «Si es así, nosotros creemos que no se ajusta al derecho comunitario, que sería una discriminación», insiste el representante de los transportistas alicantinos.

Tampoco convence a los empresario la alternativa que baraja el Gobierno francés y que consistiría en obligar a los camiones foráneos a circular sólo por autopistas de peaje. Según señalan los transportistas, las vías de pago galas se encuentran entre las más caras del continente y ya suponen un importante dispendio para muchos camiones, que realizan parte de su trayecto a través de ellas.