El director general de la Cámara de Comercio de Alicante, Carlos Mazón, reclamó ayer un mejor tratamiento fiscal para las empresas exportadoras con el objetivo de consolidar el crecimiento del comercio exterior y que siga aumentando su peso en la economía nacional. Mazón aprovechó su intervención en las jornadas de ayer para lanzar la propuesta, que se produce al hilo de la próxima reforma fiscal que el Gobierno aprobará en las próximas semanas.

En este sentido, el responsable de la institución cameral planteó tres medidas muy concretas para beneficiar esta actividad: una rebaja de entre tres y cinco puntos en el tipo del Impuesto de Sociedades que se aplique a los beneficios conseguidos con la exportación; una bonificación en las cuotas de la Seguridad Social del personal contratado para esta actividad; y una deducción para el dinero que se invierta en la formación de la plantilla.

Además, Carlos Mazón también abogó por unificar los servicios que prestan las administraciones en la materia «para evitar que uno no sepa si tiene que ir a la Cámara, al ICEX o vaya usted a saber a dónde». Tras recordar el espectacular crecimiento de los últimos años -el pasado ejercicio se cerró con un incremento del 9,6% en las ventas al exterior, hasta los 4.504 millones de euros-, Mazón aseguró que se ha producido «una democratización de las exportaciones», ya que antes sólo las grandes empresas se atrevían a mandar sus productos a otros países, mientras que en la actualidad cada vez más pymes se deciden a buscar clientes fuera.

También alertó de lo que considera como «puntos débiles» de la provincia en esta materia, entre los que citó «las restricciones financieras», la «tentación» de abandonar las exportaciones en cuanto vuelva a mejorar el consumo doméstico y el «bajo nivel de idiomas».

Cooperación internacional

Por su parte, la directora de la oficina Seimed de Coepa, Isabel García, abogó por incrementar la cooperación empresarial con otros países como fórmula para internacionalizar la actividad y también para incrementar la capacidad de innovación, y recordó que ése es el objetivo principal de la red de la que forma parte el organismo que dirige. Así, explicó que la intermediación del Seimed en toda Europa ya ha conseguido que se cierren 4.500 acuerdos de cooperación entre empresas de distintos países.

Por último, el director de la oficina de representación de Bankia en Shangai, Jesús Carlos Miramón, destacó la importancia de adaptarse a la cultura y la mentalidad de los mercados en los que se quiere entrar y relató su experiencia en China, uno de los destinos más codiciados por los exportadores españoles. A modo de ejemplo, relató la extrañeza que le causaban los gráficos de las cotizaciones bursátiles hasta que se percató de que allí las cifras en rojo indican las ganancias y el verde se reserva para las pérdidas.

Más allá de la anécdota, estas diferencias culturales se traducen también en que es un mercado donde se exigen pagos por adelantado -algo a lo que no están acostumbradas las empresas españolas- debido a las dificultades que existen allí para conseguir financiación y desconocen por completo figuras como el «confirming». También alertó de las promesas de subvenciones o incentivos fiscales que realizan determinadas ciudades o sobre la firma de contratos con doble versión en inglés y mandarín sin asegurarse de que la traducción es correcta.

No obstante, destacó el enorme potencial del mercado chino, donde el Gobierno está impulsando un cambio de modelo desde el actual basado en la exportación hacia uno donde tenga más peso el consumo interno. Al respecto, señaló que la nueva clase media del gigante asiático apuesta por la compra de productos importados como manera de diferenciarse, lo que supone «una gran oportunidad para sectores como el calzado».