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Fomento pacta con la concesionaria el rescate de la circunvalación de Alicante

Bancos y constructoras aceptarán el plan del Gobierno para que una empresa pública pase a gestionar 9 autopistas españolas. Entidades financieras y empresas afectadas consideran que es la opción «menos mala»

El plan de rescate afecta a la autopista de circunvalación de Alicante. CRISTINA DE MIDDEL

Los seis grandes bancos y la patronal de constructoras y concesionarias Seopan darán hoy su respuesta al plan de rescate de las autopistas en quiebra planteado por el Gobierno en una reunión convocada en el Ministerio de Fomento. El plan afecta, entre otras vías, a la autopista de circunvalación de Alicante, abierta en 2007 y en quiebra por la falta de tráfico.

Las entidades financieras aceptarán el plan al considerar que se trata de la solución «menos mala». Las empresas que las construyeron y las explotan en su mayor parte previsiblemente también convendrán con el plan, dado que «tampoco cuentan con muchas más opciones», según indicaron fuentes del sector. No obstante, bancos y constructoras intentarán negociar alguno de los términos del plan propuesto por el Ejecutivo, que supone aplicar quitas del 50% tanto en el importe que las autopistas deben a las entidades financieras, como en el que la Administración adeuda a las empresas.

En concreto, la propuesta que el Gobierno presentó el pasado martes para las nueve autopistas de peaje en quiebra pasa por integrar las vías en una sociedad 100% pública. Previamente se realizará una quita del 50% a la deuda financiera que soportan y se convertirá el importe restante de este pasivo, unos 2.400 millones de euros, en un bono a treinta años con una rentabilidad del 1%. En el caso de los 471 millones de euros que el Estado reconoce deber a las constructoras por los modificados que se introdujeron en los proyectos constructivos de las autopistas, se aplicaría el mismo sistema, una quita del 50% y el pago de los 240 millones restantes con un bono a treinta años.

Con la fórmula de titulizar la deuda se busca evitar que el rescate de las vías impacte en la cuentas públicas y en el déficit. También se pretende que la nueva sociedad de autopistas soporte un menor coste por servicio de deuda, tenga más margen de viabilidad y menos riesgo de que Bruselas la considere ayuda de Estado.

Ante este plan, la banca acreedora, pese a aceptar el plan, buscará negociar mayores garantías y algún margen más de rentabilidad al bono. Según fuentes del sector, a la quita que se realiza al importe de deuda total de 3.600 millones que actualmente suman las autopistas es preciso sumar la adicional que deriva de aplazar a treinta años el vencimiento del pasivo.

No obstante, la operación tendría un «impacto neutro» en sus cuentas, dado que ya tienen provisionados estos importes. En cuanto a las constructoras, que este pasado jueves tuvieron una reunión en el Ministerio de Hacienda, la mayor parte de ellas previsiblemente convendrán con el plan de rescate, a pesar de que «no ha gustado», por considerar que cuentan «con pocas opciones más», según señalan distintas fuentes de sector consultadas por Europa Press.

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