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Casas inteligentes para ahorrar

La demanda de sistemas de automatización en viviendas repunta tras el parón de los últimos años

Casas inteligentes para ahorrar sergio ferrández

Hubo un tiempo, no hace mucho, en que pensar en encender el horno o el aparato de aire acondicionado desde la oficina, recibir una alerta en el teléfono si había una fuga de agua, o disponer de luces que por sí mismas se encendían o se apagaban en función de la iluminación natural sonaba simplemente a ciencia ficción. Poco a poco, la ciencia ficción fue tomando visos de realidad, pero una realidad con tintes de esnobismo a la que sólo podía acceder una minoría muy selecta. Ahora, con el avance vertiginoso de las nuevas tecnologías, ese privilegio ha comenzado a democratizarse. Por un lado, la domótica ya no sólo se enfoca a la comodidad, sino que también ha intentado cubrir otras necesidades más básicas. Por otro, los costes se han reducido. La mayor concienciación medioambiental y, sobre todo, la necesidad de ahorrar en tiempos de crisis, en muchos casos como consecuencia de las sucesivas subidas en los recibos, han hecho el resto. Tanto es así que las consultas y la demanda de sistemas de automatización y monitorización en los hogares ha empezado a despegar en la provincia tras el parón de los últimos años.

Eficiencia, ahorro energético y seguridad son, de entrada, las principales cuestiones que, a día de hoy, trata de resolver una persona que se plantea recurrir a sistemas automatizados, tal y como destacan desde el sector. Sistemas de climatización que se pueden controlar desde el teléfono móvil o la tablet; otros que repiten los movimientos de los últimos días, con ventanas que se abren y se cierran y luces que se encienden o se apagan si la persona está de vacaciones para evitar un posible asalto; alertas de una fuga de agua o de gas en el smartphone; o retransmisiones a través de estos mismos dispositivos de lo que están grabando las cámaras de seguridad en el interior del inmueble son sólo algunas de las posibilidades que ofrece la domótica en estos momentos. También se ha avanzado mucho en los servicios a personas con discapacidad, con técnicas que permiten controlar el hogar a través de la voz o de una pantalla táctil, o con señales acústicas en caso de alerta.

El catedrático de Arquitectura y Tecnología de Computadores de la Universidad de Alicante, Juan Manuel García Chamizo, lo tiene claro: «La comodidad y, sobre todo, el ahorro son los principales aspectos que mueven a una persona a la hora de incorporar estas tecnologías a su viviendas, pero sobre todo el ahorro. De hecho, hace quince años, los servicios digitales para la vivienda se veían desde el enfoque del lujo y el esnobismo, con un mercado muy reducido, pero ahora han evolucionado hacia una orientación más práctica y universal, con soluciones muy rentables y fáciles de manejar», sentencia el investigador, quien, pese a que admite que el sector empieza a despuntar en la provincia, especifica que el volumen de negocio aún es muy limitado por la crisis económica.

Por ahora, los experimentos realizados por su grupo de investigación en el laboratorio y en dos viviendas tipo -una unifamiliar y un piso- revelan que, con la monitorización y automatización de la energía, a través de sistemas que sólo permiten que se encienda la luz si no hay iluminación natural, se puede llegar a ahorrar como mínimo un 30% en la factura. «Este sistema va detectando las necesidades del momento, y encendiendo y apagando las luces, con un coste muy reducido, ya que, en realidad, puede tener una repercusión del 2% en el coste total de un edificio nuevo», relata el catedrático de la UA.

Manejo intuitivo de los dispositivos. Sin embargo, ¿cómo está una provincia como la de Alicante en lo que a investigación se refiere? «Estamos bastante bien, porque Internet ha facilitado mucho las cosas. No somos los más guapos, pero estamos ahí, y en lo que más se está trabajando es en las interfaces de utilización, que permiten que el manejo de estas tecnologías sea fácil e intuitivo, tal y como demanda la gente», puntualiza el catedrático de Arquitectura y Tecnología de Computadores.

No en vano, es la falta de información y el complicado manejo de los primeros tiempos lo que, hasta ahora, había llevado a muchos a rechazar estas tecnologías por temor a lo desconocido. Es más, por ahora, la demanda está focalizada de forma especial entre los residentes extranjeros, que, en sus países de origen, ya están muy acostumbrados a estos sistemas en su día a día. Ahí todos coinciden, aunque también son conscientes de que entre los más jóvenes, aquellos que ya han nacido frente a un ordenador, que se dispare la demanda sólo es cuestión de tiempo.

Sin ir más lejos, Juan José Sellés, gerente de Electricidad Sellés SL, con sede en Sant Joan, admite que son los extranjeros los que más reivindican estos servicios. «Son las personas de fuera las que más piden la domótica, porque, además, cuando se marchan a su país, pueden seguir controlando la casa, y ver si hay una fuga de gas o de agua, o si ha entrado alguien a casa, e incluso hay casos en los que la gestión del sistema nos llega a nosotros, y somos los que nos encargamos del mantenimiento, como ocurre con una familia de Suiza».

Desde su experiencia en una empresa con 37 años de trayectoria a sus espaldas que se ha especializado en el sector, Sellés admite que, al principio, se trabajaba más en industrias, geriátricos, y otro tipo de instituciones, pero que en los últimos años la demanda se ha focalizado en las viviendas, precisamente por la rebaja de los precios... Una rebaja que, en algunos casos, llega al 60% respecto a lo que había hace años, y que en un piso medio puede suponer un desembolso que va de los 1.000 a los 5.000 euros, con sistemas de climatización o de iluminación inteligentes, porque no sólo hay más empresas que se dedican a esto sino también más proveedores.

Más empresas. En una provincia como ésta se ha pasado de poder contar los negocios que se dedicaban al sector con los dedos de las manos a tener medio centenar, según las cifras que maneja en la actualidad la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Alicante (Fempa), en muchos casos por la especialización de empresas de telecomunicaciones e instalaciones eléctricas, que han invertido mucho en la formación de su personal y siguen haciéndolo para estar a la última en lo que a avances tecnológicos se refiere.

Una de las compañías más veteranas también en este campo es la empresa ilicitana Inda Levante SL, que nació hace 15 años, y que ha venido prestando sus servicios en industrias, edificios como el Centro de Congresos de Elche o viviendas particulares. Su director comercial, Francisco Felici, incide en el giro copernicano que ha experimentado la domótica y la automatización en los últimos tiempos. De las alarmas técnicas de los inicios, para detectar escapes de gas o posibles inundaciones por lluvia se ha pasado a tener la vivienda al alcance de un clic a través de los móviles o las tablets.

«Al principio, empezamos con el control de iluminación o el simulador de presencia que encendía y apagaba las luces, y ahora hemos pasado a la integración de los teléfonos móviles y las tablets para controlar la vivienda, de forma que, si llaman a mi puerta y estoy fuera, puedo ver a través del dispositivo quién es, ver qué hacen mis mascotas o qué hace la persona de la limpieza, si hay instaladas cámaras», señala Francisco Felici. En esta línea, concreta que en estos momentos empieza a haber más consultas para la rehabilitación y reforma de viviendas, muchas veces para contener los gastos en energía eléctrica y llegar a reducirlos.

Pendientes de la obra nueva. La asignatura pendiente, en cualquier caso, es la obra nueva, por la desconfianza que genera entre los promotores y entre los posibles compradores y porque casi nunca saben muy bien el alcance de la domótica. Sin embargo, el secretario general de Fempa, Luis Rodríguez, es muy tajante: «Este sector se ha revelado como un factor clave que aporta mayor valor a la oferta de los promotores de viviendas, ya que se trata de tecnologías maduras que siguen evolucionando a un ritmo vertiginoso y que posibilitan ya un sinfín de opciones en eficiencia y ahorro energético, seguridad, confort y accesibilidad para personas con discapacidad», afirma. Así las cosas, proclama que «es importante que los promotores empiecen a percibir estas necesidades para diferenciarnos».

¿Y cómo lo ven desde el sector de la construcción? El presidente de la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Cámara de Comercio de Alicante, Rafael Regalado, asegura ser consciente de las posibilidades que puede ofrecer un hogar inteligente, hasta el punto de que está convencido de que las nuevas promociones no puede pasar por alto la domótica. Otra cosa son las condiciones en las que se incorpore. Y es que, como alerta, una de las principales cuestiones que está pendiente de resolver es la de las garantías para el promotor. «Si hay una alarma de incendio y en un momento dado no funciona, ¿quién asumirá la responsabilidad? Un promotor no puede estar años pendiente, y son dispositivos que necesitan un mantenimiento», comenta. Lo que sí tiene claro es que los nuevos edificios tendrán que incorporar como mínimo una preinstalación, y que sea el comprador quien decida. Y es que el futuro ya ha dejado de ser futuro para ser sólo presente.

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