El 50% de las exportaciones españolas de alcachofas ya es de procedencia alicantina, concretamente de la comarca de la Vega Baja que representa alrededor del 80% de la superficie de la provincia al ser una de las principales zonas de producción de referencia en el ámbito nacional. Los últimos datos, aportados por la Asociación Alcachofa Vega Baja del Segura, indican que la superficie de cultivo para la campaña 2013/2014 es de 1.700 hectáreas, lo que supone que en los últimos tres años, entre el ejercicio de 2010 y 2013, el terreno destinado a este cultivo ha aumentado un 20%.

Respecto a la producción, ésta alcanza las 20.000 toneladas y alrededor del 60-70% se destina a la industria conservera mientras que el resto se vende para su consumo en fresco, tanto para el mercado nacional como el exterior. De hecho, la pasada temporada se vendieron al extranjero más de 6.000 toneladas, y entre los principales países importadores, destacan especialmente Francia e Italia y, en menor medida, Alemania, Países Bajos y Reino Unido. El presidente de este colectivo, Diego Martínez, precisa que «en los últimos años ha crecido el interés por el cultivo de alcachofas debido a la rentabilidad, la obtención de la marca de calidad, la recuperación del producto como un símbolo de identidad de la comarca y el trabajo de promoción que se está llevando a cabo».

En esta demarcación, miles de familias de agricultores viven principalmente de esta hortaliza y tanto en las subastas como en muchas de las empresas exportadoras y conserveras, la alcachofa representa más del 60% de su actividad principal. Se trata de un cultivo de los que más mano de obra necesita porque desde su plantación, cosecha y, finalmente, manipulación o industrialización se hace una por una.