La Sociedad gestora de activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb) ha cerrado 2013, su primer ejercicio operativo completo, con pérdidas de 261 millones de euros, tras realizar saneamientos en su cartera de préstamos por valor de 259 millones de euros.

El plan de negocio de la sociedad, que fue reelaborado por la auditora KPMG en marzo de 2013, auguraba unas pérdidas netas de 47 millones de euros, mientras que esperaba un beneficio récord en 2016, hasta 762 millones de euros.

Según ha informado el también conocido como 'banco malo', el resultado bruto de explotación registrado el pasado ejercicio fue de 1.195 millones de euros, mientras que la gestión y desinversión de activos inmobiliarios y financieros adquiridos a los bancos en reestructuración generó unos cobros totales de 3.800 millones.

En este sentido, Sareb canceló con cargo a estos ingresos 2.000 millones de euros en deuda y abonó más de 1.200 millones de euros en intereses a las entidades rescatadas, contribuyendo así a su saneamiento.

Previsiones

De cara a 2014, el 'banco malo' prevé seguir avanzando en el proceso de cancelación de deuda y amortizar un 50% más respecto a 2013, concretamente otros 3.000 millones, según recoge el plan de negocio diseñado para el presente ejercicio.

Además, ha puesto en marcha una nueva estrategia de creación de más valor para sus activos en cartera, que prevé elevar, en total, en 7.000 millones de euros los ingresos generados por la sociedad hasta su disolución en 2027.

En este sentido, a finales del pasado mes de febrero Sareb diseñó una nueva estructura organizativa y reforzó su equipo con la incorporación de Jaime Echegoyen como nuevo consejero delegado para desarrollar una estrategia de mayor impulso comercial y optimización de balance, que incluye la finalización de obra en curso, la aceleración de las recuperaciones y el impulso del alquiler, entre otras iniciativas.

Para conseguir sus objetivos, la compañía se apoyará en los promotores y en el resto de agentes de un mercado que, según la sociedad, empieza a mostrar ya síntomas de recuperación.

Evolución del negocio

De los 3.800 millones de euros que Sareb ha obtenido como cobros por la actividad de gestión y venta de activos durante 2013, el 41% provino de la actividad desinversora (el 21% ventas de inmuebles y el 20% de ventas de préstamos y créditos). Los activos en renta (alquiler) generaron el 2% de los ingresos totales. El 57% restante procedió de los intereses de los préstamos, de amortizaciones y recobros.

Por otra parte, la actividad desinversora, que se produjo en su mayor parte durante la segunda mitad del año, se concretó en la venta de 9.000 inmuebles y 2.500 hectáreas de suelo en operaciones minoristas y en el cierre de una docena de operaciones de venta de carteras mayoristas, tanto de inmuebles como de préstamos a fondos e inversores institucionales.

En el canal minorista, Sareb se situó en 2013 entre las 10 primeros agentes de venta de inmuebles, con un ratio de venta de 25 inmuebles al día. Para 2014, Sareb aspira a situarse entre en los cinco primeros agentes más activos del mercado español, con una previsión de venta minorista superior a los 30 inmuebles diarios, un 15% más que en 2013, y a crecer en los cinco mercados más representativos (Madrid, Barcelona, Alicante, Valencia y Málaga).

La sociedad jugó durante 2013 un indudable papel de reclamo y catalizador de la inversión institucional internacional en el mercado mayorista, manteniendo encuentros con más de 600 inversores internacionales.

De la docena de carteras mayoristas vendidas

durante 2013 a inversores institucionales, el 80% fueron préstamos (sindicados y bilaterales de compañías inmobiliarias cotizadas) o préstamos con activos comerciales como colaterales. El restante 20% corresponde a operaciones de carteras de inmuebles.

A lo largo del pasado ejercicio, el 'banco malo' llevó a cabo una 'due diligence' masiva de su cartera con el fin de acreditar y documentar el valor de los activos inmobiliarios traspasados por las ocho entidades financieras sometidas a reestructuración.