El sector de la obra pública ya no puede caer más bajo y, a estas alturas, no hay nadie que no sea consciente de ello. Las cifras que maneja la Federación de Obras Públicas y Auxiliares de la Provincia de Alicante (FOPA) son sobrecogedoras: las licitaciones han caído en la Comunidad Valenciana un 87,67% desde el año 2007, y lo más terrible es que el descenso en la provincia es más acusado si cabe, con un 92,50%. De los 1.407 millones de euros en proyectos que salieron a licitación en Alicante en 2007 se ha pasado a 105 millones de euros. El sector ha tocado fondo y lo peor es que las perspectivas, con los presupuestos de las diferentes administraciones en la mano, no son mucho mejores. «¿Se puede caer más bajo? No, porque ya no se puede invertir menos en obra pública. Invertir menos sería no invertir nada», sentencia el presidente de FOPA, Javier Verdú, también director de Construcción del grupo Los Serranos.

El declive de las inversiones ha sido progresivo y generalizado en todas las administraciones, da igual que se trate de ayuntamientos, Diputación, Generalitat o Gobierno central. No obstante, el recorte más drástico ha sido el del Consell, hasta el punto de que, al cierre del año pasado, las licitaciones que sacó en Alicante tuvieron un carácter prácticamente testimonial, con 18,6 millones de euros, frente a los 149,8 que se invirtieron en la provincia de Valencia, y lejos, muy lejos, de las cifras de 2007, cuando se inyectaron aquí 781,8 millones de euros. De hecho, porcentualmente, el desplome se ha traducido en un 97,61%.

No menos contundentes han sido los ajustes de las administraciones locales en este tiempo, con un hundimiento en las licitaciones del 93,58%. De los 165,1 millones de euros que se invirtieron en 2007 se pasó a 10,5 millones en 2013. Lógicamente, las aportaciones de los planes E y C del Gobierno central y autonómico recuperaron las estadísticas entre 2009 y 2010, pero, a partir de ahí, la oferta pública se precipitó al vacío hasta tener una presencia marginal. Mientras, el Gobierno central, a través de los diferentes ministerios, inyectó en 2013 64,9 millones, un 84,7% menos que en 2007, aunque sí es cierto que fue la única administración que incrementó las aportaciones durante el ejercicio pasado, con 24,3 millones de euros más respecto a 2012, lo que supone un 37,41% más. De todas formas, la Administración central sacó proyectos a concurso por un importe mayor en Castellón que en Alicante, con 72,3 millones de euros frente a los 64,9 millones de aquí, ya que se incluye el proyecto de Corredor Mediterráneo en el norte de la Comunidad.

La Diputación de Alicante ha sido la que menos ha caído porcentualmente, con 11,3 millones de euros en 2013, lo que se traduce en un 68,43% menos que en 2007. También en este caso Valencia saca ventaja a Alicante, hasta el punto de que allí las inversiones entre 2007 y 2013 no sólo no han descendido, sino que experimentaron un repunte del 34,91%, con 17,2 millones de euros más en 2013 que en 2007.

Con este punto de partida, desde FOPA no pueden más que echarse las manos a la cabeza por una caída que tachan de «brutal» y que, como bien saben, ha tenido efectos letales para las empresas, y especialmente para aquellas que no han podido lanzarse al mercado exterior, que es el único asidero al que se han podido agarrar algunas compañías para salvar sus balances. En cualquier caso, Javier Verdú prefiere huir de polémicas y evita valorar las comparativas entre provincias. Sólo se limita a decir que, «lógicamente, Valencia tiene más población que Alicante, y eso hace que se invierta más, igual que aquí se licita más que en Castellón». Tampoco cuestiona por ahora que la inyección del Consell sea tan superior en Valencia: «De momento, sólo ha ocurrido en 2013. Habrá que ver si la tendencia se mantiene», apunta.

Sin embargo, la cosa no acaba ahí. Los últimos datos que manejan desde FOPA apuntan a que en este tiempo se han destruido en torno a los 50.000 puestos de trabajo en el sector, y la sangría sigue. Sí es cierto que el presidente de la federación reconoce que la época de grandes ajustes ya ha pasado, pero alerta de que las empresas seguirán con despidos, aunque de forma más puntual, por la ausencia de inversiones en los presupuestos de las administraciones públicas para este año.

El sector sabe que la salvación pasa sí o sí por las inversiones... Unas inversiones que dan por pérdidas para 2014 visto lo visto en los presupuestos y que presagian un año igual o peor. «La única alternativa para que el sector levante cabeza es que los presupuestos para 2015 contemplen algo más de inversión para poder mantener las plantillas», advierte Verdú. Ahora bien, deja claro que esas infraestructuras deben ser productivas y sostenibles, para que no generen sobrecostes una vez ejecutadas.