Los empresarios siguen tirando de su lado más reivindicativo y, para ello, en esta ocasión, lo han hecho bajo el paraguas del Instituto de Estudios Económicos de la Provincia de Alicante (Ineca), presidido por Joaquín Rocamora. Sin embargo, esta vez han ido más allá, y no sólo han apuntado hacia la falta de financiación privada y de inversiones públicas, sino que incluso han llegado a acusar a los representantes políticos alicantinos de lastrar la recuperación económica en la provincia. Al menos, así lo pusieron de manifiesto en la junta general que celebró ayer la entidad, y que sirvió de punto de encuentro para que medio centenar de empresarios pusieran sobre la mesa sus principales preocupaciones y la perspectiva que tienen de la situación actual.

Al final, todo eso se plasmó en un comunicado en el que, de entrada, el título no podía ser más contundente: «Así no se puede». Con esta frase tan sencilla y rotunda, querían dejar bien claro que la suma de la asfixia crediticia, el estrangulamiento de las inversiones públicas y la falta de peso de los representantes políticos tanto en las Cortes Valencianas como en el Congreso da como resultado el cierre de empresas y la pérdida de competitividad, y, por consiguiente, no hacen más que bloquear la salida de la crisis. Los empresarios daban así un toque de atención a los políticos, a los que les exigían un tono más reivindicativo para que la provincia no se quedé en el furgón de cola en lo que a inversiones públicas del Consell y también del Gobierno.

Lógicamente, también consideraron clave que las entidades financieras abran el grifo del crédito para ir por la senda de la recuperación económica y frenar el cierre de empresas, especialmente de pymes. En este punto, el tirón de orejas iba especialmente dirigido a aquellos bancos -algunos de ellos intervenidos en su momento- que habían cerrado 2013 con beneficios, mientras, bajo el argumento de que «no son demanda solvente», siguen negando la financiación a las microempresas, que son las que soportan el peso del tejido productivo.

Estos son los argumentos a los que, desde Ineca, recurrieron para denunciar que la provincia sigue perdiendo competitividad y grandes empresas, entre las que citaron la propia CAM o la planta de Coca-Cola en Alicante, aunque, en este último caso, no hubo ningún llamamiento a que la empresa reconsidere su decisión. Simple y llanamente se limitaron a hacerse eco en el comunicado posterior de la intención de la compañía de cerrar la planta embotelladora, con lo que eso supone para la economía alicantina.

A pesar de estos condicionantes de partida, el director general de Ineca, Juan Iranzo, sí consideró que ya se aprecian síntomas de crecimiento económico y de creación de empleo, aunque admitió que será muy lento y que no se verán realmente hasta el segundo o el tercer trimestre del año, y atribuyó esta salida de la crisis a la mejora del entorno internacional, sobre todo de Asia.

Iranzo también aprovechó para congratularse por el tirón del turismo a escala provincial y nacional, algo en lo que coincidió el presidente de la Asociación Empresarial de Hoteles de Benidorm y de la Costa Blanca (Hosbec) y socio de Ineca, Antoni Mayor, quien auguró que las perspectivas del sector para este año son buenas, aunque alertó de que es necesario recuperar la rentabilidad para impulsar el crecimiento del segmento turístico, y avisó de la competencia que pueden suponer los cruceros por los precios que ofertan. Finalmente, el también asociado de Ineca Manuel Gómez del Río, consejero delegado de Next Capital, que opera como fondo de inversión, tiene previsto inyectar en pymes hasta 3 millones de euros.