Para la Agencia Tributaria resulta mucho más sencillo y, sobre todo, mucho más barato porque se ahorra personal pero la nueva obligación de presentar las declaraciones anuales y las liquidaciones trimestrales del IVA exclusivamente por vía telemática ha provocado un auténtico quebradero de cabeza para los miles de contribuyentes afectados, la mayoría particulares que obtienen una pequeña renta por un local o un piso que tienen alquilado o pequeños autónomos que se resistían hasta ahora a pagar por los servicios de una gestoría.

Muchos de ellos son personas de edad avanzada y poco acostumbrados a las nuevas tecnologías, pero incluso los contribuyentes más duchos en temas informáticos han vivido una auténtica carrera de obstáculos para presentar los impresos antes de que hoy concluya el plazo. «La aplicación da problemas, es compleja y exige muchos requerimientos técnicos que un particular no tiene porqué conocer ni tener en su ordenador», señalaba ayer el Francisco Sánchez, secretario de Administración General del Estado de UGT y trabajador del departamento de informática de la AEAT.

Así, por ejemplo, la aplicación no funciona con todos los navegadores, también exige la última actualización de Java y los trámites a realizar tampoco son fáciles: hay que obtener primero una certificación de firma electrónica, obtener un código provisional... El resultado es que el servicio de atención telefónica se ha colapsado con frecuencia estos días ante la avalancha de consultas, tal y como reconoce Eladio Barroso, miembro de la ejecutiva del Sindicato Independiente de la Agencia Tributaria, que ha criticado con dureza la decisión del Gobierno, sobre todo porque el incumplimiento conlleva una multa de 1.500 euros.

Según Barroso, las quejas están siendo numerosas y han llegado incluso hasta la Defensora del Pueblo, que ha decidido tramitarlas al entender que se podrían estar vulnerando los derechos de los ciudadanos al no permitir la presentación manual y en persona.

Desde Hacienda minimizan la cuestión y aseguran que apenas ha habido colas en el servicio de atención personalizada que se ha puesto en marcha. Los sindicatos lo reconocen pero señalan que el motivo es que la mayoría de los afectados ha acabado claudicando y ha acudido a una gestoría.