Valfensal no debía dar nunca beneficios, sus cuentas debían ajustarse para que siempre quedaran equilibradas y evitar, de esta forma, el pago de impuestos. Eso es lo que se deduce de un correo electrónico que el socio y mano de derecha de los empresarios Ferri y Baldó en el grupo Mar Confort, Francisco Climent, remitió al responsable de la división hotelera de la CAM y representante de la entidad en el grupo César Véliz, y que el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez reproduce en su auto.

El correo tiene fecha del 11 de julio de 2008 y en él Climent especifica que «por regla general el resultado de Valfensal debe ser siempre "0", ya que como sabes todos sus gastos se repercuten a las sociedades participadas, ya sea por intereses de préstamos o bien por prestación de servicios». Seguidamente, el directivo de Mar Confort le hacía saber a su interlocutor que se trataba de una tarea que podía resultar muy complicada, ya que había que contar con las variaciones del tipo de cambio entre divisas, que podían alterar los resultados previstos.

Para Gómez Bermúdez, esta comunicación «pone de manifiesto de manera expresa la falsedad de la contabilidad del grupo Valfensal».

Tanto es así que, como recoge otro informe realizado por la consultora Deloitte, KPMG amenazó con poner salvedades en las cuentas de la CAM al no disponer de los balances consolidados de Valfensal y la opacidad de su sociedad Jacksonport. Juan Ferri llegó a reconocer en un correo que podía «acabar en la cárcel» si auditaban las cuentas.