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La antigua filial inmobiliaria de la CAM acumula pérdidas de 1.613 millones en 3 años

Polaris World o las frustradas inversiones de Hansa en Cartagena o México son otras de las aventuras polémicas que la caja emprendió a través de TIP

Un cartel anunciando la financiación de la CAM para una promoción de Polaris. información

Un auténtico agujero negro. Eso es en lo que se ha convertido la antigua filial de la CAM que Roberto López Abad y Daniel Gil crearon para canalizar sus aventuras inmobiliarias, entre ellas la de Valfensal. Sólo en los tres últimos años Tenedora de Inversiones y Participaciones (TIP) -ahora en manos del Sabadell- ha acumulado unas pérdidas de más de 1.613 millones de euros, una cifra que previsiblemente seguirá subiendo en los próximos ejercicios a tenor de cómo han acabado la mayoría de los proyectos en los que se embarcó.

TIP es, por ejemplo, la sociedad que utilizó la CAM para invertir en Polaris World. El hundimiento de la empresa murciana obligó a la entidad, a Bancaja y al Popular a asumir más de 1.200 millones en activos que colocaron en una nueva firma, Inversiones en Resorts Mediterráneos, que también acaba de declararse en concurso de acreedores a instancias de la Sareb, heredera de la participación de la caja valenciana.

También forman parte de TIP las sociedades que la entidad formó junto a Hansa Urbana para desarrollar los frustrados proyectos de Novo Carthago -un complejo de 10.000 viviendas junto a una zona protegida en el Mar Menor que ahora se investiga en los tribunales- y de Cabo Cortés, en México, donde también se preveía levantar un complejo de enormes dimensiones muy próximo a una reserva marina. En este último caso, el gobierno mexicano tumbó el proyecto y el Sabadell sigue sin saber qué hacer con los terrenos.

Igualmente esta filial fue la elegida para participar en Dreamview, la sociedad que el polémico empresario Enrique Ortiz constituyó con la intención de desarrollar la denominada Ciudad de la Economía en la partida alicantina de Agua Amarga, junto al saladar, un espacio protegido. La entidad acabó financiando miles de metros cuadrados de terreno con la sola promesa de su cambio de calificación, algo que nunca se produjo. El Sabadell optó por asumir las pérdidas y disolver la sociedad para evitar un mayor desgaste de su imagen.

Por suerte para la entidad catalana, los activos de TIP se encuentran entre los que están cubiertos por el Esquema de Protección que le concedió el Fondo de Garantía de Depósitos para ayudarle a digerir la CAM.

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